EFE
La Agencia Espacial Europea (ESA) junto con el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) inauguraron este miércoles en la ciudad alemana de Colonia la nueva “Luna en la Tierra” europea, la instalación lunar análoga LUNA para preparar futuras misiones a este satélite y llamada a desempeñar un papel fundamental en la configuración del futuro de la exploración lunar.
La instalación, operada conjuntamente por ESA y DLR y situada junto al Centro Europeo de Astronautas de la ESA, recrea la superficie lunar y servirá para preparar a astronautas, científicos, ingenieros y expertos en misiones para vivir y trabajar en la Luna.
El director general de la ESA, Josef Aschbacher, calificó la inauguración de LUNA de “hito importante” que “sitúa a Europa en la vanguardia de la exploración lunar y más allá”, al tiempo que fomenta la colaboración internacional en la investigación espacial.
Los europeos, un paso más cerca de la Luna
El astronauta español de la ESA, graduado este año de la promoción 2022, Pablo Álvarez, destacó en declaraciones a EFE el avance que supone esta instalación para la exploración del espacio, que acerca a los astronautas europeos un paso más hacia la Luna.
“Como astronauta con formación en ingeniería, además de mi experiencia en el desarrollo de componentes clave para el rover ExoMars, diseñado para explorar y estudiar a fondo la superficie marciana, creo firmemente en la importancia de las instalaciones terrestres”, dijo.
Álvarez, que no acudió a la ceremonia de inauguración de LUNA al estar recibiendo actualmente formación complementaria en la NASA centrada en la actividad extravehicular, aseguró que, “para probar, desafiar y cualificar las tecnologías y procedimientos que se desarrollarán en el futuro, es esencial someterlos a entornos lo más similares posibles a los reales”.
En este sentido, “las instalaciones LUNA, el lugar donde se entrenarán los primeros europeos que pisarán la Luna, será fundamental para impulsar nuestras ambiciones de exploración del espacio profundo”, afirmó.
“Para mi es muy emocionante ser testigo de lo que supondrá este avance en el futuro”, añadió Álvarez, quien ya el día de su graduación en abril pasado había manifestado su sueño de pisar un día la Luna.
En entrevista con EFE dijo entonces que una vez cumplida su misión en la Estación Espacial Internacional (EEI), para la que todavía no hay fecha, y cuente con “ese bagaje y esa experiencia” de haber vivido seis meses en la plataforma orbital, estarán preparados para ir un pasito más allá.
Y “por qué no, intentar conseguir un asiento en una misión Artemis en la próxima década e ir a la Luna, claro”, afirmó.
Matthias Maurer, astronauta alemán de la ESA y asesor de astronautas de LUNA, habló a su vez de “un sueño hecho realidad” al referirse a este proyecto, cuyos inicios dirigió hace una década, años antes de su primera misión espacial, y ahora ve operativo.
“Esta plataforma única es como una navaja suiza para la exploración, al ofrecer muchas herramientas y recursos para simular las condiciones lunares”, subrayó, al tiempo que se mostró convencido de que LUNA “es el mejor lugar en la Tierra para preparar misiones a la Luna”.
900 toneladas de rocas volcánicas
LUNA cuenta con un área de 700 metros cuadrados que recrea la superficie de la Luna mediante 900 toneladas de granos y rocas volcánicas derivadas del basalto, procesadas para crear un material conocido como “simulador de regolito”, que proporciona un entorno de pruebas único, según destaca la ESA.
Una área de suelo profundo permitirá perforar y tomar muestras hasta tres metros por debajo de la superficie, lo que posibilitará la investigación del regolito, incluido el suelo lunar congelado.
En tanto, un simulador solar imita los ciclos diurnos y nocturnos de la Luna, incluidas las difíciles condiciones de iluminación de las regiones polares.
Las avanzadas salas de control están conectadas en tiempo real con los centros de control de misiones en Alemania y en todo el mundo y en un futuro, la instalación analógica también será conectada a la próxima estación espacial Lunar Gateway, o incluso a la propia Luna, para realizar simulaciones de misiones continuas.
Pronto se implementarán funciones adicionales, como un sistema de descarga gravitatoria para simular la gravedad de la Luna, una sexta parte de la terrestre, y una rampa ajustable para probar la movilidad en pendientes lunares.