Dos personas fallecidas, un menor de edad y una mujer, debido a un deslave en su vivienda, un socavón en la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional, cientos de árboles caídos, postes de energía eléctrica derribados y fallas en telefonía, es el saldo preliminar tras el paso del huracán John de categoría 3 en la Costa Chica del estado de Guerrero, México.
Además cientos de casas resultaron afectadas debido a que sus techos de lámina fueron destruidos por las fuertes ráfagas del meteoro, así como por lo menos un centenar de palmas quedaron colapsadas en playa La Bocana, en el municipio de Marquelia, lugar por donde entró el huracán la noche del lunes.
En un recorrido, EFE comprobó que en diversos municipios de la región, después de los fuertes vientos entre 190 y rachas de 220 kilómetros, en la carretera federal se observó la caída de cientos de postes de energía eléctrica, por lo que la falta de luz se registra desde la noche del lunes, además de la red móvil, telefonía celular y en sus hogares.
También, una gran cantidad de árboles caídos se observaron sobre la vía federal que conduce a Oaxaca, por lo que personal de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgo y Protección Civil hacen labores del retiro de estos, así como la reparación del socavón en el municipio de Cuauhtémoc.
En tanto, los habitantes de playa La Bocana aseguraron que padecieron “horas de mucho miedo”, ya que nunca habían vivido algún huracán de esa manera, incluso denunciaron que no fueron alertados por las autoridades municipales con tiempo.
José Luis Hernández, un pescador y prestador de servicios turísticos, perdió sus dos negocios, un restaurante y una enramada, es decir, todo su patrimonio.
“Lo que viví es una sorpresa, nunca esperamos esta tormenta, este huracán, la verdad nos espantamos un poco pero gracias a Dios estamos bien todos en casa, aunque me desvelé y no pasó nada, afortunadamente”, comentó.
Expuso que “todo se perdió, todo, el techo, la casa, voló todo, nos cuidamos de los golpes y cuidamos a los niños”.
Mientras que Felipa Hernández, otra habitante afectada y quien vive con otras ocho personas en su casa, reconoció que en cuestión de horas lo perdieron todo, sin embargo lo vivido durante la noche del lunes y madrugada del martes ha sido lo peor.
“Anoche estuvo muy feo, se oía el viento, las ráfagas, fue horrible; nosotros pensamos que el mar se estaba saliendo, se fue la luz, se cayeron los postes y ya fue un caos porque no podíamos salir”, indicó.
Abundó que en un momento creyó que sería una desgracia en la playa después del huracán, ya que habrá muchas personas sin vida, sobre todo porque tienen adultos mayores, madres solteras, mujeres embarazadas.
Por su parte, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, confirmó que después de las lluvias, comenzaron los trabajos de reparación de la carretera, reinstalación de la energía eléctrica, así como un censo de personas afectadas.
Dijo que en el caso de Acapulco, donde hubo rumores de saqueos y rapiña en tiendas departamentales y de autoservicio, fueron solo eso, ya que autoridades de seguridad implementaron un operativo y así evitar algún robo, aunque reconoció que hubo algunos intentos pero no pasó a mayores.
El ciclón sorprendió porque en un inicio el SMN solo preveía que fuese una tormenta tropical que se degradaría a depresión al tocar tierra el miércoles, pero se intensificó, aceleró y cambió de rumbo el lunes, cuando se fortaleció hasta huracán categoría 3 y golpeó la zona de la Costa Chica de Guerrero.
Por el paso de John, el Gobierno mexicano desplegó más de 18.000 agentes de las Fuerzas Armadas y otras dependencias en la región de la Costa Chica de Guerrero, donde se reportan daños en carreteras y municipios incomunicados.
La zona afectada recibió hace casi un año, el 25 de octubre, el impacto del huracán Otis, que dejó más de 50 muertos y rompió el récord de intensificación de un ciclón en el Pacífico mexicano.
John es el segundo ciclón de la temporada del Pacífico que toca tierra en México, donde la semana pasada azotó la tormenta Ileana en el estado de Sinaloa, en el noroeste del país, donde dejó daños menores.
Mientras que tres ciclones han golpeado a México por el Atlántico: el huracán Beryl y la tormenta Chris, que dejaron saldo blanco en julio, y la tormenta Alberto en junio, cuando dejó seis muertos en Nuevo León, estado de la frontera norte de México.