El gobierno del presidente Bernardo Arévalo tiene algunos puntos sobre la mesa para lograr que Canadá mantenga las preferencias arancelarias a los productos que importa desde Guatemala.
El primero será una solicitud que elevaría la cartera de Economía para que el país del norte mantenga las prerrogativas que ha otorgado hasta ahora de manera unilateral, pero paralelamente solicitará a aquella nación retomar las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, iniciadas en 2001.
Estas conversaciones se enfriaron y nunca hubo un avance significativo. Al menos así lo explicó ayer el viceministro de Comercio Exterior, Héctor José Marroquín.
En todo caso, el funcionario reiteró que las exportaciones hacia Canadá no se detendrán, aunque obviamente a partir de enero habría ciertos ajustes a las tarifas arancelarias. Además, esas ventajas que quedarían suspendidas a partir de enero se aplicarán únicamente a “un grupo reducido de productos”, dijo.
El país norteamericano mantiene un programa de ayuda a otras naciones en vías de desarrollo o que no cumplen con ciertos parámetros económicos. En el caso de Guatemala, ya ha superado al menos con uno de esos umbrales y, por consiguiente, saldrá automáticamente de la Tarifa Preferencial General (TPG) o Sistema General de Preferencias (SGP).
El viceministro reconoció que no se puede hacer mucha presión a Canadá y lo único que daría certeza en el largo plazo es un tratado comercial.
Las principales exportaciones de Guatemala son café, azúcar, frutas, verduras y prendas de vestir.
El porqué de la exclusión
Las facilidades no son de por vida. Toma dos parámetros para suprimirlas. Una razón por la que puede ser descartado del programa es cuando alcanza, durante dos años consecutivos, ingresos medios altos o altos (mayores a 4 mil 516 dólares anuales per cápita), según parámetros del Banco Mundial. Guatemala superó esos números en 2022 y 2023, con 5 mil 530 dólares y 5 mil 580, respectivamente.