El papel de Guatemala en el proceso para la liberación y acogida de 135 presos políticos nicaragüenses reafirmó Estados Unidos, que reiteró el liderazgo del presidente Bernardo Arévalo en esta acción humanitaria.
Estos ciudadanos, que habían sido detenidos injustamente por el régimen de Daniel Ortega, fueron trasladados al país con el apoyo norteamericano, recordó Eric Jacobstein, subsecretario de Estado adjunto de EE. UU. en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.
Jacobstein agradeció a Arévalo y a su administración por recibir a los exiliados y por proporcionarles asistencia humanitaria básica. “Guatemala ha demostrado ser un líder democrático en la región, no solo con palabras, sino con hechos concretos”, afirmó el funcionario.
El mandatario declaró el 5 de septiembre, en una entrevista con un medio internacional, que para Guatemala “ha sido una expresión de solidaridad con los hermanos nicaragüenses y un compromiso, como Gobierno y como nación, con la democracia y los valores de la libertad en todas partes del mundo”.
Sin nacionalidad
El pasado martes, las autoridades judiciales de Nicaragua despojaron de su nacionalidad y bienes a los presos políticos que fueron excarcelados y desterrados a Guatemala el 5 de septiembre. Según la sentencia del Tribunal de Apelaciones de Managua, se ordenó el decomiso de sus propiedades.
La Corte Suprema de Justicia, controlada por los orteguistas, argumentó que los exiliados habían cometido “delitos contra la soberanía y autodeterminación del pueblo nicaragüense”, y que habían incitado a la “violencia, el odio, terrorismo y la desestabilización económica”.
Nicaragua atraviesa una crisis política desde 2018, intensificada tras las elecciones de 2021, cuando Ortega fue reelegido en medio de acusaciones de “traición a la patria” y expulsión de sus principales contendientes.