La Constitución Política de la República garantiza la libre emisión del pensamiento. Pero esa libertad de expresión también implica un alto grado de responsabilidad, pues las audiencias merecen respeto y no es ético engañarlas.
Recién el lunes 2, el Gobierno presentó ante el Congreso de la República, por mandato legal, su proyecto de presupuesto para 2025. El monto, 148 mil 526 millones de quetzales. Las cifras más significativas han sido asignadas a las carteras de Educación, Salud, Comunicaciones y Gobernación, en orden descendente.
Ese reparto nos da un claro mensaje de que el Gobierno quiere priorizar la educación de la juventud guatemalteca, un mejor nivel de vida en salubridad, más y mejor infraestructura en carreteras y obras vinculadas como puentes, así como garantizar mayores niveles de seguridad.
Claro, como decía al principio, no faltan quienes siempre buscan la manera de dejar mal parado al gobierno de Bernardo Arévalo y Karin Herrera. Leí en uno de los medios opositores que la cifra nos muestra al más alto presupuesto de la historia nacional.
Y lo intenta vender como un mal para el país. Y está en todo su derecho. Sin embargo, para hablar hay que saber y entender. Todos los presupuestos son siempre los más altos de la historia de un país. Los economistas dirían que se trata de un fenómeno de crecimiento conocido como vegetativo. Es decir que se trata de un crecimiento natural, ya que el número de habitantes de un país crece siempre más que el número de sus fallecidos. Eso, por tanto, significa también el crecimiento de las necesidades colectivas (hospitales, vías de comunicación, seguridad, escuelas, etc.) y, por obvia razón, la necesidad de mayor inversión gubernamental para atender esas necesidades de sus habitantes.
Con sus comentarios no hacen sino mostrar su ignorancia. Pero en aras del respeto a la libertad de expresión, hay que mostrar tolerancia y dejarlos hablar.
Lo que sí deben saber los guatemaltecos, es que la inversión real de ese monto contenido en el proyecto de presupuesto 2025 significará crecimiento y desarrollo para todos.
Sí, ese crecimiento y desarrollo que durante años solo han disfrutado algunos que se han quedado con la mayor parte del crecimiento vegetativo presupuestario cobrando grandes comisiones, de hasta el 40 por ciento del costo de las obras públicas. Lo demás lo tenemos a la vista. Malas carreteras o carreteras que se destruyen con la lluvia o con el paso de un carrito más de lo calculado para la circulación. Escuelas abandonadas y muchos maestros, no todos por supuesto, viviendo del erario sin cumplir con sus obligaciones.
La nueva primavera está cerca de comenzar y todos seremos testigos de ello. Hasta quienes no creen en ella e intentan frenarla para mantener intactos sus privilegios.