domingo , 24 noviembre 2024
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“Lo que tenemos en nuestras manos es único e irrepetible”

El antiguo Centro de Restauración de Bienes Muebles (Cerebiem), ahora Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, es una entidad que desde 1978 vio la luz gracias a la iniciativa de Edna Núñez de Rodas.


Toda su evolución nos la explica el experto en arte Luis Manuel Muñoz, quien en mayo pasado cumplió 40 años de trabajar para la entidad. “La historia de este departamento surge, básicamente, a partir de la concientización del Estado luego del problema que se enfrenta con el terremoto de San Gilberto en 1976”, inicia su relato.


A lo que suma: “Ella (Edna Núñez de Rodas) funda este departamento que se llamaba Taller de restauración. Lo hace con ayuda internacional, pide a la OEA que se dé apoyo; de hecho, algún mobiliario todavía es de esa época”, detalla.


En 1978 se inicia la búsqueda de profesionales que tuvieran alguna vinculación con el arte. Aparece Ramiro Irungaray. “Luego se fortalece la parte de pinturas de caballete. Ahí se pide apoyo a México a la escuela de Churubusco. Así es como se va formando el taller, un poco empíricamente, tratando de fortalecerse, cuando surge el siguiente problema ¿cómo profesionalizar a los restauradores? La misma licenciada Núñez de Rodas era, coincidentemente, directora del Departamento de Arte de la Facultad de Humanidades. Ella decide crear, con apoyo del Cerebiem, la carrera de restauración en la Universidad de San Carlos (Usac), que hasta la fecha sigue funcionando y es la única en Guatemala que ofrece la titulación de Técnico en Restauración de Bienes Muebles, es decir que este departamento es la madre de esa carrera de restauración y lo ha sido desde siempre”, resalta Muñoz.


En 1984, el experto inicia su carrera técnica de restauración en la Usac y es invitado a ser practicante: “Yo era apenas un jovencito saliendo del colegio de Infantes e iniciando en la universidad y resultó mi sorpresa que no era práctica, sino que me contrataban de una vez. Empecé como auxiliar el 1 de mayo del 1984, así que este 1 de mayo cumplí exactamente 40 años de laborar en este departamento. Yo entré aquí todavía siendo menor de edad, poniendo mi fe de edad, ni siquiera tenía cédula. Ha sido mi único trabajo”, recuerda.


Continua sus estudios con una Licenciatura en arte y posteriormente con una Maestría de Historia en Arte, además de varias especializaciones en México, España y Japón.


Una de sus primeras intervenciones fue un cuadro firmado por Carlos Mérida Oda al Quetzal, que se encuentra en el Museo de Arte Moderno, ya que en sus comienzos fue auxiliar de restaurador de pintura.
En 1992, ingresa la imagen de Jesús Nazareno de los Milagros, de la iglesia de San José, para ser restaurada. El encargado era Ramiro Irungaray, quien en esa época tenía quebrantos de salud por lo que Muñoz se ofrece a apoyarlo, ya que le gustaba la labor que se realizaba en la sección de escultura.

Es debido a esta coincidencia que se traslada de restauración de pintura a escultura. “Ahí es donde me cambio, precisamente a trabajar con la imagen de Jesús de los Milagros, es mi primera imagen trabajada bajo la supervisión y la dirección de mi maestro Ramiro Irungaray, y así es como empiezo en la parte de escultura, que es donde más me desarrollé, del 92 para acá. La pintura nunca la abandoné y hago trabajos eventuales”. Después pasa a ser el encargado de la unidad de escultura y actualmente es el coordinador de todos los proyectos del departamento, que incluyen pintura, escultura y material prehispánico.


Y es que el antes llamado Cerebiem tiene tres ejes de operación que son pintura de caballete, escultura policromada y material prehispánico, en el que ven cerámica, piedra y madera. Reciben piezas de patrimonio religioso y laico que provenga de instituciones como museos, casas de cultura o de centros culturales, no trabajan para personas particulares y todo proceso lleva una solicitud, papelería a presentar y la intervención de la pieza no tiene costo. En la actualidad la lista de espera para trabajos llega hasta 2027.


Los más destacados


Al consultar sobre piezas destacas que han restaurado menciona que a nivel prehispánico hay una pequeña olla chocolatera, de Río Azul; un vaso de un guerrero Jaguar del sitio arqueológico El Naranjo, y un dintel de madera de chicozapote, entre otros. En pintura hay muestras de González Goyri; cuadros de gran formato como Santo Domingo Los Mártires de Polonia o de Santo Tomás. También han trabajado departamentos como Quiché.


A nivel escultórico han limpiado la escultura del papa San Juan Pablo II, que está en la avenida Las Américas; las bancas de la Plaza España, con la reintegración de color; la plaza México del Cerrito del Carmen, con el trabajo de azulejos.


En escultura religiosa Jesús Nazareno de los Milagros, de San José; Jesús Nazareno del Consuelo, de La Recolección; Jesús Nazareno las Tres Potencias, de La Parroquia; el Nazareno de la Indulgencia, de Beatas de Belén; Jesús del Rescate, de Santa Teresa; el Señor Sepultado, de La Recolección; Cristo del Amor, de Santo Domingo; sepultados de El Calvario, La Parroquia y San Francisco.


Nuestra Señora la Soledad, de Santo Domingo, que fue intervenida con María Salomé y María de Cleofás; El Niño de la Demanda, de la Merced; el Resucitado de El Calvario; la Virgen del Rosario; la Inmaculada de Catedral; de San Francisco, del Guarda Viejo; Cristo de los Reyes de la Catedral; de la Preciosa Sangre de San Francisco; Jesús Nazareno y a la Virgen de Dolores de San Cristóbal El Bajo, La Antigua Guatemala; Virgen de Dolores y Señor Sepultado y Jesús Resucitado de San Sebastián, Retalhuleu y de otros departamentos.


Juan Manuel Barrientos es el actual jefe del departamento y manifiesta que la entidad actualmente cuenta con 15 personas trabajando en las diversas áreas: “Va a ser necesario ir llenando cupos para para poder solventar todas las necesidades que tiene el patrimonio”.


Y el personal se hace poco, ya que cada labor conlleva varios procesos que deben que cumplir. “Tenemos que ir a hacer la evaluación respectiva al lugar para poder hacer un dictamen, una evaluación in situ del estado de conservación de la obra y, posteriormente, vemos calendario para recibirla; se le dan algunas medidas preventivas de protección a los tenedores o propietarios para que la obra se mantenga en buenas condiciones antes de ingresarla”.


Agrega que tienen un proyecto establecido desde el inicio de esta administración que es instalar el área científica. “Nosotros aquí hacemos los procedimientos adecuados correspondientes, con nuestras herramientas y con los conocimientos adquiridos con base en la experiencia y al legajo académico. Tenemos algunas debilidades, esto es el área científica, en el mundo los restauradores y los talleres de instituciones tienen un departamento, un procedimiento de análisis físico-químico. Hemos estado enfocados en estos últimos meses en ver la implementación de un taller de análisis, que no solamente pueda analizar lo que lo que viene acá, sino que podamos apoyar a los arqueólogos que trabajan en otras secciones, dentro de la institución”, expresa Barrientos.


Llamado a la reflexión


Ambos entrevistados coincidieron en hacer un llamado a restauradores particulares: “Me gustaría hacer énfasis de que no solo existe el Cerebiem; también, el Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala con su taller de restauración, y la opción de que restauradores privados intervengan patrimonio cultural, pero muchas veces estos últimos omiten el procedimiento administrativo legal que debe llevarse dentro de las instituciones emisoras de autorización. A veces son obras que están en el ojo público, digamos que son muy mediáticas, más que todo en prehispánico y escultura religiosa, y esto puede crear inconformidad en alguno de los devotos en el caso de la de la escultura religiosa, o de algún arqueólogo en el caso de lo prehispánico, a veces ellos (los restauradores) se ven envueltos en situaciones legales que no tienen el respaldo de una resolución administrativa y ocasionalmente llegan hasta procesos legales.

Sí quisiera enfatizar esa situación e instar a todos los que laboren de forma privada a que hagan sus procedimientos en el marco de la legalidad y de la administración del patrimonio”, recomienda Barrientos.


Mientras que Muñoz hace una invitación: “Que este trabajo se haga profesionalmente, con seriedad técnica científica y no simplemente porque tengo el placer o el gusto de pintar o repintar, que es lo que sucede muchas veces. Estamos lastimando este patrimonio, se está perdiendo por estas intervenciones que ahora llaman restauraciones y que no lo son, porque es gente que no recibe toda la instrucción adecuada o le falta entender esa enorme responsabilidad que tiene con la historia, porque lo que tenemos en nuestras manos es único, original e irrepetible, y lo que hagamos sobre estas piezas no tiene vuelta atrás”.


Si desea comunicarse al Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Muebles, pueden escribir a [email protected].

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