EFE
Unos 150 indígenas de las etnias tzotzil, tojolabal, chol, tzeltal y activistas de la organización católica Pueblo Creyente marcharon por las calles de San Cristóbal de Las Casas, estado de Chiapas, sureste de México, para exigir justicia por las 11 personas masacradas en mayo presuntamente por la delincuencia organizada en el municipio de Chicomuselo, frontera México-Guatemala.
Además visibilizaron la violencia que viven miles de personas desplazadas y retenidas por los carteles de México que se disputan el territorio prácticamente en la línea fronteriza entre México y Guatemala.
El padre José Luis Bezares, uno de los voceros de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, dijo a EFE que esta marcha-peregrinación era para “pedir fuerza y también verdad por la situación de violencia que vivimos en el estado de Chiapas”.
A cuatro meses de lo ocurrido dijo que “no hay justicia (…) tiene que haber una búsqueda de la justicia, verdad para la reparación del daño y pues no sabemos nosotros, ni las familias saben cómo va esa investigación, si han detenido a alguien por esos delitos”.
La movilización estuvo integrada por hombres y mujeres miembros de las siete zonas pastorales de la organización Pueblo Creyente, organizaciones civiles y defensores de Derechos Humanos quienes se reunieron en las instalaciones del Seminario Conciliar Diocesano de San Cristóbal de Las Casas para pedir paz y justicia.
“¡Nuestros mártires tienen rostro, nombre y sus corazones siguen latiendo desde el vientre de la madre tierra!”, se leía en una pancarta en al frente de la movilización, cuyos participantes gritaron “¡Paz y justicia para nuestros mártires caídos por la violencia!”.
En medio del contingente otro grupo realizaba cantos y al mismo tiempo se dejaron escuchar muchos “vivas”, por la vida, por la libertad, a la madre tierra, así como reclamos de paz y justicia.
En todo el recorrido músicos tradicionales tocaron el arpa, el tambor y la guitarra, también se escuchó el sonido del caracol por los cuatro puntos cardinales como un llamado a la unidad y a la empatía por los que huyen desesperadamente de las localidades y municipios por la violencia de grupos del narcotráfico, por los caídos y los retenidos contra su voluntad.
El peregrinar concluyó en la catedral de San Cristóbal, justo atrás del atrio, donde se encuentran la tumba del mítico obispo Samuel Ruíz, defensor de los Derechos Humanos de los indígenas, donde realizaron una ceremonia maya con rezos, incienso, música tradicional y el encendido de velas.
“Este ritual fue en memoria del evangelizador Samuel Ruíz, de la madre tierra y un llamado a las fuerzas naturales buscando guía de sabiduría para salir adelante en este tiempo violento”, expresaron los integrantes del Pueblo Creyente.
“Sabemos que no es fácil, pero aquí estamos para caminar, especialmente en este día, hicimos una procesión para pedir nuestra fuerza y con nuestro J’tatik Samuel, porque sabemos que él fue un gran pastor en este mundo caminó y ayudó a los pobres”, dijo la mujer quien prefirió guardar el anonimato.
La mujer, de la etnia tzeltal, remarcó que actualmente en Chiapas “hay mucha violencia, muchas dificultades y mucha desesperanza entre los pobres, estamos aquí nuevamente, pedirle más fuerza en la lucha, porque solos no podemos hacer nada”.
La manifestación ocurrió luego de más de un mes de enfrentamientos entre sicarios del Cartel de Sinaloa (CDS) y Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes han intensificado sus ataques, utilizado a la población civil como barrera humana para impedir el avance de los grupos rivales.
El miércoles ocurrió un nuevo enfrentamiento entre grupos del crimen organizado en el centro del municipio de Benemérito de las Américas, localizado en la región fronteriza con Petén, Guatemala, confirmaron las autoridades municipales.
De acuerdo a los datos, los disparos se extendieron por más de media hora, entre las calles circularon algunos vehículos a toda velocidad, mientras los habitantes se resguardaron en sus viviendas. No se reportaron civiles lesionados o fallecidos.
Cabe destacar que la semana pasada sobre el tramo de la carretera Benemérito-Palenque se localizaron tres cuerpos sin vida, quienes presentaban huellas de tortura y el tiro de gracia.