Moscú, EFE
El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, alertó ayer contra la posibilidad de una catástrofe de grandes proporciones al realizar su primera inspección a la central rusa de Kursk, amenazada por los combates en esa región .
“Creemos que es muy grave que una central de esta clase esté tan cerca de un frente de batalla”, dijo Grossi a la prensa internacional al término de su visita de inspección a la planta, cuyo reactor (según afirmó) está muy expuesto a un posible ataque.
Una central muy vulnerable
Tras inspeccionar la usina y la sala de control de la planta, situada a unos 70 kilómetros de la frontera con Ucrania, el funcionario argentino llamó la atención de la comunidad internacional sobre “el peligro de un incidente nuclear”. “Bajo ninguna circunstancia debe ser atacada una central nuclear”, subrayó y llamó a todas las partes a tomar las medidas de prevención necesarias.
La guerra a las puertas de la planta
Grossi se negó a señalar culpables de la actual situación, pero subrayó que los combates están “a unos pocos kilómetros” y que las consecuencias de un ataque contra la planta serían “extremadamente graves”.