Ricardo Lillo
Facultad de Derecho
También se ha criticado que las herramientas entrenadas a partir de bases de datos que reflejan sesgos, consciente o inconscientemente, no permitirían brindar asistencia legal de forma sensible a las realidades de determinados grupos de personas o comunidades locales.
La literatura comparada muestra que estos temores son bastante reales, al menos en el estado actual de desarrollo de este tipo de tecnologías que tienen una evolución acelerada. Cada nueva versión de IA que sale al mercado tiene mayores capacidades y comete menos errores.
El desarrollo de agentes de IA aún presenta muchos desafíos como limitaciones de recursos, interferencia de tareas y el potencial olvido catastrófico.
En este sentido, se espera que 2024 sea un año importante para el desarrollo de nuevas aplicaciones para la IA destacando el potencial papel de los llamados “AI Agents”. Se trata de una herramienta que no solo responde a un “promt” individual o requiere una interación con el usuario a la vez, sino que tiene la capacidad de realizar varias tareas de manera simultánea.
Esto permite manejar escenarios complejos que requieren una planificación y ejecución multifacéticas. Por ejemplo, si lo que se quiere es planificar unas vacaciones familiares esta IA podría comprar los pasajes al mismo tiempo que reservar hoteles, conseguir entradas para un parque temático y programar panoramas de acuerdo a las preferencias individuales de cada uno de los miembros del grupo familiar.
El potencial de estos agentes de IA para el acceso a la justicia es innegable.
En teoría, estas aplicaciones no solo podrían guiar al usuario o adaptar un formulario al tipo de problema justiciable, sino que también podrían rellenarlo; ingresarlo en el tribunal o mecanismo de resolución de disputas que corresponda a la naturaleza del caso; negociar con la contraparte; consultar o realizar una solicitud a la autoridad administrativa correspondiente y explicarle, en lenguaje claro, la estrategia que pretende seguir. En otras palabras, será lo más parecido a la asistencia que podría brindar un abogado diligente.
Estas aplicaciones tienen la capacidad real de revolucionar la forma en que las personas interactúan con el sistema legal, haciéndolo más accesible y fácil de usar.
Por supuesto, esto aún no existe. El desarrollo de agentes de IA aún presenta muchos desafíos como limitaciones de recursos, interferencia de tareas y el potencial olvido catastrófico, entre otros.
Pero si las últimas tendencias se consolidan y continúa su crecimiento exponencial, pueden surgir herramientas de IA aún más innovadoras y sofisticadas que permitan ampliar aún más las posibilidades de acceso a la justicia para todos.