Rodolfo Zelada
Periodista
Avanzar en la aprobación de 10 artículos del reglamento interno de la Comisión de Postulación de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), en alrededor de nueve horas, supone un valioso punto para quienes apuestan por un proceso transparente y digno.
El progreso del trabajo de la postuladora se produce luego de varias reuniones entrampadas sobre el lugar donde debería realizarse el procedimiento.
Y es que la labor de obstaculización por parte de algunos integrantes de la Comisión rindió frutos por alrededor de 15 días, durante los cuales solamente se enfrascaron en discusiones absurdas. Sin sentido.
Uno a uno están quedando en evidencia quienes se prestan al juego sucio del mal.
La sesión del sábado último inició en el mismo tono, pero tras casi dos horas de discusión decidieron avanzar a otro punto de la agenda: la aprobación por artículos del reglamento
interno.
El punto de inflexión se registró justo después de enterarse de que el presidente del Organismo Judicial, Oscar Cruz, informó, por medio de una carta, que la CSJ no puede albergar las Comisiones de Postulación, como pretenden quienes se han dedicado a obstaculizar el trabajo de la postuladora, porque “no cuenta con fondos ni con las condiciones necesarias para el trabajo”.
Sin embargo, mientras transcurría la reunión, el abogado Ricardo Sagastume, por medio de la firma Sagastume Vidaurre y Asociados, presentó una “acción de inelegibilidad” contra el presidente de la Comisión, Miquel Cortés, pues, según él, el rector de la Universidad Rafael Landívar “no es de origen guatemalteco”, por lo cual consideran ilegal su función al frente de la postuladora.
Craso error el de la firma de abogados. Al ser consultado respecto al tema, Cortés sacó su Documento Personal de Identificación (DPI) y lo mostró a los presentes, además de informar que también cuenta con pasaporte guatemalteco, el cual no llevaba consigo en ese momento.
Los intentos para evitar el cambio de Cortes seguirán, por parte de quienes se resisten a perder poder e influencia en el sistema judicial guatemalteco. Eso es incuestionable, como también lo es que la desinformación y las calumnias continuarán, incluso apoyándose en sus equipos de netcenteros que estarán listos, prestos y dispuestos a posicionar los temas en el imaginario de los ciudadanos por medio de las redes sociales.
Lo positivo del caso es que, uno a uno, están quedando en evidencia quienes se prestan al juego sucio de las fuerzas del mal, las que están moviendo cielo y tierra para salirse con la suya y conservar sus privilegios.