Barcelona, EFE
Con la asunción del Gobierno presidido por el socialista Salvador Illa, la comunidad autónoma de Cataluña emprende una etapa de moderación que marca el fin del intento independentista encabezado por el exmandatario Carles Puigdemont.
Illa, el primer presidente no soberanista de Cataluña en casi 15 años, lidera un equipo con “vocación de servicio” y “transversal, representativo tanto territorialmente como socialmente del país”.
El nuevo gobierno deberá servir a una “nación catalana” dentro de una “España plurinacional” y en “una Europa de horizonte
federal”.
Así lo ha remarcado Illa en el acto de toma de posesión de los 16 consejeros del Gobierno regional, en el que figuran, además de socialistas e independientes, nacionalistas moderados catalanes y el hasta ahora portavoz del Parlamento europeo, Jaume Duch.
El dirigente socialista se ha comprometido a transformar Cataluña mediante “el diálogo, el análisis reflexivo y no precipitado y la búsqueda de consensos y acuerdos como método para avanzar”.
La sombra del fugitivo
Puigdemont regresó fugazmente a Barcelona la pasada semana y volvió a huir. Su situación puede ser determinante para la estabilidad del Gobierno de Sánchez, que precisa de los siete votos de Junts en el Parlamento español.