Foto: PNC
El pasado 27 de junio, la Policía Nacional Civil (PNC) detuvo a José, de 24 años, en el parqueo de un restaurante de comida rápida, en el kilómetro 22 de la ruta al Pacífico, Bárcenas, Villa Nueva, a quien se sindicó de distribuir la droga sintética conocida como tusi o cocaína rosa. En el operativo, las autoridades le incautaron 65 bolsitas del estupefaciente.
Andrés Hernández, oficial de la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica (SGAIA), de la PNC, destacó que este decomiso es el más reciente relacionado con esta sustancia, lo que ha mostrado un preocupante incremento de circulación del referido polvo en el país.
Según los registros de la SGAIA, la droga fue detectada por primera vez en Guatemala en 2019 con una incautación de 1.7 gramos. Desde entonces, las cantidades han variado, pero en 2024 se ha visto un aumento de 579 gramos decomisados en solo siete meses, en comparación con los 86.2 de 2023.
La naturaleza del tusi El 2C-B, nombre químico del tusi (4-bromo-2.5-dimetoxifeniletilamina), tiene una composición similar al LSD y al MDMA, y causa efectos alucinógenos y eufóricos, aunque, según Hernández, el encontrado en el territorio nacional está más relacionado con la metanfetamina y el éxtasis, en forma de polvo fino o pastillas.
Entre sus efectos se incluyen somnolencia, temblores, ojos enrojecidos, dificultad para hablar, pérdida o aumento del apetito, movimientos descoordinados y ojeras. Además, el 2C-B genera un alto nivel de adicción y puede ocasionar episodios de pánico, ansiedad, depresión y despersonalización a medio plazo.
Aunque no se ha identificado el origen exacto del tusi en Guatemala, la Administración del Control de Drogas (DEA, en inglés) ha señalado al Cártel de Sinaloa, en México, como el principal productor de esta droga, según su Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2024.
Preocupación
Gustavo García Fong, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), expresó su alarma ante la aparición de esta droga en el país, subrayando la necesidad de fortalecer las políticas de prevención y sanción.
García Fong recomendó la colaboración internacional con países como Estados Unidos, México, Honduras y El Salvador para enfrentar el problema de manera efectiva.
“El trabajo debe enfocarse en acuerdos bilaterales o multilaterales, ya que los esfuerzos de un solo país no serán suficientes para combatir el narcotráfico”, afirmó.
El experto también destacó que Guatemala ha pasado de ser un lugar de tránsito a convertirse en un punto de producción y consumo, lo que requiere un incremento en las políticas y operaciones para evitar el ingreso de estas sustancias al territorio nacional.