Londres, EFE
El primer ministro británico, Keir Starmer, condenó ayer los disturbios violentos de la extrema derecha que estallaron el fin de semana en varias ciudades británicas y prometió llevar “pronto” ante la Justicia a los responsables.
“Si se ataca a las personas por el color de su piel o su fe, entonces eso es extrema derecha y estoy dispuesto a decirlo. Esto es violencia, no es protesta. No importa cuál sea el motivo”, dijo Starmer en una declaración, tras los focos de violencia instigados por grupos antiinmigración y contra el Islam registrados en el Reino Unido.
29 de julio pasado hubo un ataque con arma blanca en un centro recreativo de Southport.
Las protestas antiinmigración y contrarias al Islam, organizadas en múltiples pueblos y ciudades del Reino Unido, apoyadas por grupos como la Liga de Defensa Inglesa acabaron en disturbios.
Aunque estos grupos llevan semanas con la organización de protestas, la tensión aumentó a raíz del ataque con arma blanca del 29 de julio pasado en un centro recreativo en Southport (noroeste inglés), en el que tres niñas murieron y ocho menores y dos adultos resultaron heridos.
El autor del ataque, Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Gales de padres ruandeses, ha sido acusado del asesinato de las niñas y de intento de asesinato de las otras 10 personas.
El malestar de los grupos de ultraderecha aumentó al divulgarse por las redes sociales información incorrecta de que el agresor era solicitante de asilo que había cruzado el Canal de la Mancha.
En el fin de semana fueron arrestadas más de 170 personas.