Pablo Paniagua Prieto
Investigador de Faro UDD
A partir de las tesis formuladas en La Riqueza de las Naciones, puede considerarse a Adam Smith como el primero en individuar de manera sistemática los mecanismos a través de los cuales la sociedad comercial genera prosperidad en vez de destruirla, es decir Smith es uno de los primeros en advertir cómo pasamos de juegos de suma cero (Win-Lose: extracción, dominación, explotación, etcétera) a juegos de suma positiva (Win-Win) donde las partes cooperan de forma pacífica generando más bienestar y excedente del que había antes.
Smith destaca de su análisis que dicho orden natural requiere, para su operación más benéfica, un sistema de libertad natural, esto es de respeto a “la naturaleza de la libertad económica” (Barma & Vogel, 2022), el que dejado a su propio curso, produce resultados beneficiosos para la humanidad.
La teoría smithiana proporcionó a la economía un vínculo con la política y la filosofía.
La libertad económica propuesta, que excluiría prima facie, la intromisión del Estado en los mecanismos del mercado no fue obstáculo para Smith para plantear el rol fundamental que puede jugar el Estado.
Si bien el autor fue “un crítico feroz de los imperios coloniales y los regímenes de comercio monopólico en tanto producían a una mala asignación de recursos” (Koyama & Rubin, 2022); este valoraba en el Estado la promoción de la libre competencia y los marcos legales que propiciarán que la mano invisible del mercado pueda generar prosperidad.
La teoría smithiana proporcionó a la economía un vínculo con la política y la filosofía, así como un legado duradero a los economistas del comportamiento (Russ, 2014), ofreciendo a los estadistas un programa de reforma práctica (Viner, 1927), que tuvo como propósito el establecimiento de un “plan liberal para la igualdad, la libertad y la justicia” (Boettke, 2022).
Finalmente, se puede señalar que lo que se establece a través de la Riqueza de las Naciones es un sistema analítico y de comprensión nuevo, que basado en la propiedad privada, la libertad del intercambio, el contrato, la búsqueda de oportunidades y el emprendimiento ofrece a cada individuo un nuevo paradigma para mejorar su condición, no a través de la guerra, el dominio y el saqueo como aconsejaba Maquiavelo en su libro El Príncipe, sino que a través del intercambio voluntario y la cooperación pacífica bajo la división del trabajo, elementos que Smith evidenció como pilares del desarrollo económico, concepción no articulada hasta entonces en las sociedades precapitalistas.