Gerardo Castillo
Facultad de Educación y Psicología
La experiencia dice que el comportamiento espontáneo de los hijos no es suficiente para que lleguen a ser lo que deben ser; hay que intervenir en su vida. Sin autoridad no es posible que adquirieran hábitos de autodominio, autodisciplina, orden, respeto y obediencia.
Por último, unos padres que buscan el desarrollo personal en sus hijos orientado a hacer frente a la vida con iniciativa, autonomía y creatividad; que ejercen una exigencia firme pero sin imposición, basada más en persuadir que en disuadir, denotan una estilo asertivo.
La comunicación asertiva se caracteriza por la expresión directa de pensamientos y sentimientos.
La comunicación asertiva se caracteriza por la expresión directa de pensamientos y sentimientos, manteniendo respeto tanto hacia uno mismo como hacia los demás. Es la forma de transmitir algo a alguien de forma honesta y no hiriente. Implica la habilidad de compartir ideas y resolver conflictos de manera constructiva. Comunicarse asertivamente significa decir lo que uno quiere decir, sin lastimar los sentimientos de los demás.
Un ejemplo de falta de asertividad: “Dijiste que vendrías, pero no lo has hecho, es una falta de respeto”. Un ejemplo de asertividad: “No esperaba esto de ti, supongo que te ha sido imposible”.
El estilo educativo asertivo está considerado por los expertos como el mejor, porque combina la exigencia con la persuasión; se marcan límites al comportamiento de los hijos, pero en un clima participativo y estimulante; crea una elevada motivación de logro.
Para J. L. Pinillos ese estilo de autoridad “promueve la autonomía responsable y la independencia creadora”. A diferencia de otros, no está centrado en los padres, sino en los hijos, ya que arranca de sus necesidades y fomenta su participación; además sustituye la exigencia externa por la apelación a la autoexigencia; existe confianza entre padres e hijos, pero no “igualdad”. Los padres tienen en cuenta la opinión de los hijos, pero saben que la decisión final les corresponde a ellos.
Los estilos educativos sobreprotectores y permisivos son actualmente los más frecuentes, pero el asertivo está considerado como el mejor.