Siempre me aparecen retos al paso. Incluso cuando no tengo ni idea ni referencias en mi memoria que me permitan nadar en el mundo del conocimiento, aunque sea de perrito. Y en esta ocasión el desafío me lo planteó el gerente general de CEUS, que es un CRM para expertos inmobiliarios, al invitarme a dar una charla de la compatibilidad del arte y los bienes raíces.
Sin ninguna otra pista me lancé al agua y concebí Arte, el aliado del asesor inmobiliario… y con ello ya tenía un título a partir del cuál trabajar. Ahora venía otro problema, la experiencia que tengo cuando hablo con personas que no son afines a la cultura artística es que por lo general se aburren soberanamente. No poseen las herramientas que les permita asimilar la información y por ende es necesario hacer un esfuerzo extra.
¿Qué buscaría yo si fuera a comprar o alquilar? Lo primero, seguramente, sería que esta tuviera amplios corredores alrededor de la casa, en caso de que fuera un chalet. Si fuera un inmueble antiguo, paredes altas, muchas habitaciones y grandes balcones con herrería, con puertas y ventanas al corredor interior. Para eso debería contar con un presupuesto que limita mucho las posibilidades para jóvenes parejas y empresarios con economías emergentes.
Lo apuntado, entonces, requiere conocimiento de los intereses del cliente o una habilidad intuitiva particular ¿Le gustan los museos? Pues acá en los alrededores hay por lo menos tres museos, cinco galerías de arte, una biblioteca, un teatro y tres cafés en donde puede ir a leer un libro. Esto son virtudes de un barrio o de una ciudad cultural. También hay posibilidades de visitas a la arquitectura de la localidad. La capital, por ejemplo, cuenta con enormes murales exteriores e interiores creados por artistas en distintos momentos.
El Centro Cívico es importante debido a la superación técnica que tuvieron que enfrentar los autores de sus murales.
El Centro Cívico es importante debido a la superación técnica que tuvieron que enfrentar los autores de sus murales. Pero también hay trabajos contemporáneos, mosaicos por lo general, con diversidad de temáticas y texturas. Incluso muchos de los pasos a desnivel tienen relieves creados con la intención de asimilar desde otra perspectiva el trajín del tráfico metropolitano.
Regresemos al inmueble, ¿Qué pasaría si el comisionista se mueve un poco más y solicita en alguna galería obras para integrarlas a la propiedad? Y en este caso, no estoy hablando de los lienzos que se ofrecen a las orillas de las carreteras. Pueden ser buenos dibujos, o esculturas de cierta envergadura. La idea es despertar el interés del cliente por el intermediario y percibir el grado de conocimientos agregados que este posee. Eso lo reviste de confianza.
Luego de este sucinto análisis, me queda claro que este ejercicio tiene que ver con propiedades de cierto nivel, propietarios formados y vendedores avispados. El arte pertenece a un estilo de vida al que no todos tienen acceso. De allí que la presentación no necesariamente sea una receta que le funcione a todos.