Washington, EFE
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, llegó ayer a Washington para reunirse con altos funcionarios del Gobierno y con el presidente Joe Biden, una visita que tiene el objetivo de avanzar en una tregua con Hamás, en un momento de turbulencias internas en Estados Unidos.
A su llegada comenzó a entrevistarse con representantes de las familias de los secuestrados estadounidenses y también con familiares que han viajado con él. “Estamos decididos a devolver a todos. Las condiciones para traerlos de regreso están dadas, por la sencilla razón de que estamos ejerciendo una presión muy fuerte sobre Hamás”, apuntó. El gobernante se encontrará con Netanyahu, mañana, en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Se espera que el encuentro se centre en las negociaciones para un acuerdo de cese el fuego en
Gaza, que está siendo mediado por EE. UU., Catar y Egipto, a fin de permitir la liberación de los 116 rehenes israelíes -de los cuales 42 han muerto- y la entrada de más ayuda humanitaria al devastado
enclave.
Su esperada visita llega en un momento de turbulencias en la política de la nación norteamericana, tras el intento de asesinato al expresidente y candidato republicano Donald Trump y también después de que el actual presidente decidió, luego de los cuestionamientos por su avanzada edad (81 años), abandonar la carrera y darle la estafeta a su vicepresidenta, Kamala Harris.
Hoy, el primer ministro dará un discurso -por cuarta vez- ante el Congreso, al que no asistirá
Harris, quien sí llevará a cabo una actividad bilateral separada con el primer ministro israelí en la
Casa Blanca.
En su sesión privada con Netanyahu, la vicemandataria planea reiterar su compromiso con la seguridad de EE. UU., y su derecho a defenderse, pero también “transmitir su opinión de que es hora de terminar la guerra”.
Aunque Estados Unidos es el principal socio y proveedor de armas de Israel, las relaciones bilaterales no atraviesan su mejor momento por el manejo de la guerra contra el grupo islamista Hamás, en la Franja de Gaza.
Biden reprocha a Netanyahu la dureza de su ofensiva militar, donde ya suman casi 39 mil los muertos, 90 mil heridos y 1.9 millones de desplazados desde que estalló el conflicto, el 7 de octubre pasado. Se espera que haya acuerdos.