Santiago de Chile, EFE
La oposición chilena, con el partido ultraconservador Unión Demócrata Independiente (UDI) incrementó ayer la presión sobre el Gobierno y exigió dimisiones tras una serie de homicidios inconexos que se concentraron en los últimos tres días en la región metropolitana y la comuna costera de Viña del Mar.
Responsables de esta formación, fundada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989), volvieron a exigir la renuncia de la ministra de Interior, Carolina Toha.
La ofensiva contraria se desencadenó tras un fin de semana largo en el que murieron al menos 18 personas en un puñado de incidentes violentos inconexos en las comunas capitalinas de Quilicura, Huechuraba, Lampa, Estación Central, Talagante e Independencia, además de Viña del Mar. En la primera, cuatro adolescentes perdieron la vida.
Otras cinco personas fallecieron en una balacera similar en Lampa, entre grupos rivales que se enfrentaron en el interior de una propiedad privada.
Expertos en seguridad independientes relacionaron el hecho con el crimen organizado, que ha aumentado su presencia en Chile en los últimos cinco años, y apuntaron igualmente a la deficiente preparación de los cuerpos de seguridad del estado para afrontar un nuevo tipo de delitos hasta la fecha inusuales en Chile.
El presidente, Gabriel Boric, respondió con una defensa cerrada de sus socios. (…) No le voy a pedir la renuncia a nadie porque me lo pida la UDI, que eso les queda absolutamente claro”, afirmó.