A los 92 años de edad falleció el doctor Alfredo MacKenney, quien desde niño se apasionó por el mundo del cine y la escultura, y fue él mismo quien, años después, se le atribuyó el descubrimiento de un nuevo cráter en el volcán de Pacaya.
Con un legado de más de 85 años, MacKenney, en su última entrevista con el Diario de Centro América, el médico y cirujano comentó sobre sus inicios y cómo se adentró en el mundo del arte; “mi papá me regaló una cámara de fotos y de cine de ocho milímetros cuando tenía alrededor de 10 años, aún estaba en el colegio”, expuso el también fotógrafo, quien resaltó que durante su estadía en Quetzaltenango “iba a ver bailes folclóricos; eso pudo ser lo que me entusiasmó con respecto al universo del color”.
“Estoy muy orgulloso de haber nacido aquí, en Guatemala”. Alfredo MacKenney
El científico expresó en su momento la emoción que vivió cuando durante una erupción en el Pacaya logró captar e iniciar algo que nunca nadie ha logrado; ascender al coloso más de 1 mil 400 veces.
“En 1961, llegamos a la cumbre y vimos tres cráteres con fumarolas. El río de lava era maravilloso y yo me volví loco, y decidí desde entonces cada domingo escalar y documentar todo lo posible”, expuso el ilustre vulcanólogo, captó sus fenómenos naturales y por quien bautizaron así el Pico MacKenney en el Pacaya.
1 mil 400 veces, aproximadamente, ascendió al volcán de Pacaya para documentar fenómenos naturales.
De igual forma, fue un apasionado montañista, fotógrafo y documentalista, creando maquetas de sitios arqueológicos importantes de Guatemala, como Tikal y Quiriguá.
Algunas forman parte de la colección de varios lugares del país, como el Museo Popol Vuh y el Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala.
En 2013, MacKenney fue reconocido por la Dirección del Centro Histórico de la Municipalidad de Guatemala como uno de los Guatemaltecos Notables por su destacada labor en diversos campos, y recibió el Premio Ícaro por su trabajo como el primer documentalista guatemalteco.