Washington, EFE
Los líderes de la OTAN han diseñado durante su cumbre en Washington una estrategia “a prueba de Trump” para seguir ayudando a Ucrania y proteger a la propia institución ante el posible retorno del expresidente a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre.
Aunque el magnate estadounidense no estaba en el centro de convenciones donde se celebra el cónclave, su sombra planeó sobre el encuentro, con los mandatarios diseñando estrategias para que la Alianza esté preparada ante la posibilidad de que el país más rico y con más poder en la organización vuelva a estar liderado por un escéptico.
En concreto, los líderes aprovecharon para poner los principales elementos de la ayuda a Ucrania bajo el paraguas de la Organización y desvincularlos un poco de Washington, que aporta el grueso de los recursos.
Además, hace poco eligieron como nuevo secretario general a Mark Rutte, un negociador nato, y han estado impulsando el gasto en defensa, el mayor punto de fricción del aspirante republicano con la Alianza.
Muchas de las preguntas a los asistentes se centraron en cómo asegurar el futuro de la organización frente a Trump, quien ha tenido retórica dura con la OTAN y en febrero dijo que animaría a Rusia a hacer “lo que le diera la gana” con los países que no cumplieran sus compromisos de gasto.