Villeneuve-Sur-Lot, EFE
Imparable y poderoso, el eritreo Biniam Girmay (Intermarché Wanty) se convirtió en el rey indiscutible del esprín en el Tour de Francia firmando un triplete en la duodécima etapa, disputada entre Aurillac y Villeneuve-Sur-Lot, de 203.6 kilómetros, jornada de transición que mantuvo al esloveno Tadej Pogacar con el maillot amarillo.
Girmay (Asmara, 24 años) no dio opción en un embalaje largo y desorganizado, en el que llegando en progresión desde posiciones retrasadas remontó para alzar los brazos por tercera vez. Se estrenó en Turín, confirmó sus dotes en Colombey y ahora en Villeneuve se puso la corona de mejor velocista vestido con un maillot verde que le ha puesto alas.
Girmay, siempre “agradecido a Dios”, superó por velocidad al belga Wout van Aert (Visma) y al alemán Pascal Ackermann (Israel), este último, ocupando el tercer puesto inicial del francés Arnaud Demare (Arkea), desclasificado por maniobra irregular.