Viviana Véjar
Investigadora Faro UDD, sede Concepción
Ella y sus tres amigas, todas solteras, compartían sus vidas y experiencias en temas que por décadas estuvieron capturados por los hombres: carrera profesional, dinero y sexo.
Tema recurrente eran las conversaciones que mantenían, casi siempre en algún café de la ciudad, sobre cómo encontrar al hombre perfecto. Esto le permitía a Carrie tener material suficiente para alimentar su trabajo como columnista en el diario ficticio The New York Star, columna que llevaba el nombre de la serie, pero que además era la versión televisiva del trabajo compilatorio homónimo de la periodista
Candace Bushnell.
El fortalecimiento del ”sexo débil“ y su incursión en el mercado laboral, se ha visto reflejado en series como Sex and the City.
El fortalecimiento del “sexo débil” y su incursión en el mercado laboral, se ha visto reflejado en series como Sex and the City. Pero este fenómeno viene dándose desde mediados del siglo XX, impulsado -a mi juicio- por tres hitos importantes: la invención de la píldora anticonceptiva, la popularidad que alcanzó la canción Girls just want to have fun, de Cyndi Lauper, y la publicación del libro Sex and the Single Girl, de Helen Gurley Brown, en los años 60.
Bushnell se habría inspirado en este libro para escribir su propia columna y el libro compilatorio que daría vida a la serie de televisión.
La consecución del éxito profesional y financiero de las mujeres se debe principalmente, no solo a “la píldora”, sino a las leyes que posibilitaron su uso en mujeres solteras en la década del 70. Este pequeño artilugio, nacido en el laboratorio Syntex en Estados Unidos, ha sido el responsable de una de las revoluciones socioeconómicas más importantes que ocurrieron a mediados del siglo XX.
Aunque el ingreso de la mujer al mercado laboral trajo aparejado otros problemas como disminución de los salarios reales, mayor competencia laboral, surgimiento de nuevos trastornos mentales asociados al estrés, postergación de la maternidad, entre otros; también, hizo posible que las mujeres fueran las principales responsables de las decisiones de consumo, tanto si estuvieran casadas como si no.
Continuará…