Washington, EFE
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, está ganando fuerza en las últimas horas como posible relevo del mandatario estadounidense, Joe Biden, en caso de que este renuncie a su candidatura de reelección por su fatal desempeño en el debate contra el expresidente republicano Donald Trump.
Harris ha arrastrado una baja popularidad durante todo el mandato y su candidatura presidencial no sonaba como una opción realista hasta el fracaso de la semana pasada de Biden, quien apareció en el debate envejecido y desorientado, multiplicando las voces que creen que no es apto para seguir en el cargo a sus 81 años.
Harris, de 59 años, no solo tiene a su favor ser la sucesora natural del actual gobernante, sino que las encuestas de intención de voto la sitúan por delante de otras caras populares del partido y heredaría toda la estructura de la campaña. Harris intentó salir ayer al paso de los rumores al participar junto a Biden en una llamada con el personal de la campaña de reelección, lanzando así un mensaje de que apoya incondicionalmente al mandatario.
Mejor posicionada
Según un sondeo de la CNN publicado el martes, Harris tendría un mejor desempeño electoral contra Trump que el gobernante demócrata, si bien el republicano se impondría en ambos casos.
En un duelo entre Biden y Trump, el republicano ganaría con un 49 por ciento de los votos frente al 43 por ciento del demócrata. En caso de que la candidata fuera Harris, un 47 por ciento asegura que votaría por Trump y un 45 por ciento, por ella.
Tanto el diario The New York Times como la cadena CNN publicaron ayer que Biden habría reconocido ante un aliado cercano que su candidatura peligra si no logra calmar las aguas en los próximos días, un extremo desmentido por la Casa Blanca.
Aunque tiene asegurada su nominación tras haber ganado las primarias, el presidente no es todavía el aspirante oficial demócrata para las elecciones del 5 de noviembre y está a la espera de que la organización lo anuncie antes de su convención nacional en agosto.