Leipzig, EFE
Aclamado como si fuera un Jesucristo del futbol por los acalorados aficionados croatas y en la orilla de su probable desaparición internacional, el incombustible Luka Modric rozó la supervivencia a un ultimátum en el que murió luego de fallar un penal, resurgió después de marcar en la siguiente jugada y falleció para siempre con el cruel tanto de Zaccagni en el minuto 98, que clasificó a octavos a Italia y eliminó al combinado balcánico (1-1).
Nunca una despedida fue tan amarga. Si finalmente deja la escena de su selección, Modric habrá dicho adiós de una forma terrible. Desde el banquillo, sustituido al final del encuentro cuando estaba en la siguiente fase, vio cómo Zaccagni, en el último suspiro, sobre la bocina, cuando Croacia aguantaba el 1-0, marcó un tanto heroico para los hombres de Spalleti, pero definitivo para Croacia.
Se avecinaba el posible final de Luka, por lo menos en una Eurocopa. Una derrota o un empate dejarían al Mago balcánico con la pelea contra el paso del tiempo perdida. En la próxima edición, que se disputará en Inglaterra e Irlanda, tendrá 42 años. Quién sabe si aparecerá por el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá. Con él, todo es posible.
Pleno español
Liderada por Ferran Torres, autor del único tanto del partido, resiliente contra los arreones de una combativa Albania (1-0) y cumpliendo con las expectativas generadas en el partido trampa de la fase de grupos, puso fin al sueño de los de Sylvinho, la Unidad B de España selló el pleno de victorias para llegar a los octavos de final como invicta y, por primera vez en su historia, sin encajar un solo gol en contra.
Con los deberes hechos con autoridad desde hace días, sobrepasada en los primeros compases del duelo por el empuje de Albania, necesitada de una victoria para poder hacer historia al pasar a los octavos de final, y acompañada por un ejército de aficionados que convirtió el estadio en una caldera, pero recompuesta con entereza, para responder con autoridad al ímpetu de los de Sylvinho y liderada por Dani Olmo y Ferran Torres, la rojita de Luis de la Fuente cumplió con su papel. Sin florituras.