Jerusalén, EFE
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, volvió a insistir ayer en sus críticas a la Casa Blanca por ralentizar el envío de armamento, mientras el país continúa con sus ataques en Rafah (Gaza) y las fuerzas avanzan hacia el noroeste de la localidad.
“Hace unos cuatro meses hubo una caída dramática en el suministro de armamento que llegaba de Estados Unidos. Durante muchas semanas hicimos un llamamiento a nuestros amigos estadounidenses para que aceleraran el apoyo”, dijo el mandatario.
Por eso, explicó, decidió hacer un llamamiento público el pasado 18 de junio, cuando se grabó él mismo en inglés diciendo que le parecía “inconcebible” que Washington haya retenido equipo bélico
para Israel.
Por su parte, el Gobierno estadounidense dijo no saber a qué retenciones se estaba refiriendo y aclaró que el único embarque que se frenó fue el de 3 mil 500 bombas en mayo, por su posible uso en áreas densamente pobladas, la zona más al sur de Gaza.
Netanyahu reiteró estar dispuesto a sufrir ataques personales por su insistencia pública en el asunto; como primer ministro, su trabajo consiste en “hacer todo lo posible” para que sus soldados tengan los “mejores medios de combate”.