Un afortunado zurdazo de Janza a la salida de un córner a falta de menos de cuarto de hora para el cierre redujo a un único punto el retorno goleador de Christian Eriksen a la fase final de la Eurocopa, mil 100 días después de aquella dramática imagen, desplomado sobre el césped, víctima de un paro cardíaco, conmocionado todo el mundo, de la anterior edición del torneo continental.
Del 12 de junio de 2021, en el minuto 43 del duelo en el estadio Parken de Copenhague contra Finlandia, al 16 de junio de 2023, en el minuto 17 del choque en el Stuttgart Arena frente a Eslovenia. Tres años y cuatro días después. Siempre fue su objetivo. “Desde el principio”, dijo en la víspera. Volver a jugar en el torneo continental. Otro desafío cumplido.
Y, además, con un aspecto crucial. Ya no piensa demasiado en aquello Eriksen, que, superado el cuarto de hora, recién avisado su equipo con un derechazo desde lejos de Benjamin Sesko, transformó el dominio de la selección danesa en el sector más fundamental de todos, el marcador, cuando batió a Oblak, sin opción de repelerlo.