Miguel Ángel Asturias ganó dos premios relevantes para Guatemala: el Premio Lenin de la Paz (1966) y el Nobel de Literatura (1967), pero más allá de sus obras y logros a través de las letras, se desempeñó como diplomático y periodista. En sus estudios redescubrió sus propias raíces por medio de la antropología y la literatura maya que imprimió en su trayectoria.
Talante combativo y compromiso social desde su juventud
Junto a otros estudiantes, Asturias fundó en 1922 la Universidad Popular como un proyecto comunitario. Estudió un año Medicina y luego se pasó a la Escuela Facultativa de Derecho y Notariado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde se graduó de abogado en 1923 y le otorgaron el Premio Gálvez para su tesis sobre la problemática de los indígenas. En la Usac estableció la Asociación de Estudiantes Universitarios y la de Estudiantes El Derecho, además de participar activamente en la Tribuna del Partido Unionista.
Miguel Ángel Chirimoyas o Moyas Asturias es el responsable en su totalidad de la letra de la última estrofa del himno universitario La Chalana, con la inspiración de José Luis Chocochique Balcárcel, David el Gato Vela y Alfredo el Bolo Valle Calvo.
Faceta política
Se involucró en la política como representante de la Asociación General de Estudiantes Universitarios y, cuando estuvo en el Instituto Nacional Central para Varones, participó en el levantamiento contra el expresidente Manuel Estrada Cabrera al organizar huelgas. Sus compañeros de clase formaron en 1920 lo que ahora se conoce como la Generación del 20.
Fue elegido diputado al Congreso Nacional tras la caída del régimen de Jorge Ubico y la elección del presidente reformista Juan José Arévalo, en 1944. Así comenzó una carrera diplomática en 1946, sin dejar de escribir durante su servicio en varios países de Centroamérica y Sudamérica. El premiado novelista ostentó cargos como representante en Buenos Aires en 1947 y París en 1952.
En 1966, el mandatario electo, Julio César Méndez Montenegro, llega a la Presidencia en Guatemala y le devuelve su ciudadanía al también poeta; además, es nombrado embajador en Francia, donde ocupa el cargo hasta 1970 y se establece permanentemente en París.
Amor literario
Su influencia surgió gracias a su participación en organizaciones sociales, lo que se refleja en muchas de las escenas en las novelas El Señor Presidente y Viernes de Dolores. En 1930 publicó su primer libro Leyendas de Guatemala, le siguieron con los años Hombres de maíz, Viento fuerte, el Papa verde, Mulata de tal, Cuentos y leyendas, entre otras.
Después de graduarse de jurista, viajó a Europa, y en la capital francesa estudió Antropología en la Sorbona. En esa institución compartió con el círculo de escritores y artistas de Montparnasse y comenzó a escribir poesía y ficción. En 1925 inició con la traducción al español del libro sagrado de los mayas el Popol Vuh, en el que se dedicó durante 40 años.
Y en 1967 se convirtió en el segundo escritor latinoamericano al consagrarse con el máximo galardón de las letras.
Carrera periodística
Cuando Asturias regresó a Guatemala, en 1933, trabajó como periodista. Fundó y editó la revista de radio El diario del aire, que se transmitía por medio de radio TGW. Se unieron Óscar Rodríguez Fossal y Francisco Soler y Pérez; los tres eran redactores del diario El Liberal Progresista.
Escribió varios volúmenes de poesía en esta época, siendo Sonetos el primero, publicado en 1936.
Además, en 1970 fue presidente del jurado del Festival de Cine de Cannes.