Rodrigo Tisi
Escuela de Diseño
Se trata de un edificio diseñado por Emile Jéquier que podríamos haber visitado en esta fecha de
celebración. La paradoja de esta imagen se hace más evidente cuando la vemos junto al edificio vecino, construcción monumental que está cerrada y vacía.
Tenemos muy pocos espacios generosos y de calidad urbana a lo largo del país.
El sector de la Plaza Italia deberá hacerse cargo de estos “nuevos patrimonios” porque la historia ha convertido a este lugar en un espacio performativo principal, tanto para el patrimonio material como para el inmaterial. Un lugar vivo que por su ubicación estratégica podría promover distintas formas de cohesión e incluso afectividad. Lo que vemos en esas imágenes montadas que solamente ahí pueden tener sentido nos hacen reflexionar acerca de lo que podríamos tener y llegar a ser.
¿Cómo haremos eso sin desmantelarlo nuevamente? Frente a un desafío como este las intervenciones temporales que celebran y que a la vez cuestionan nuestros patrimonios nos hacen reconocer una cualidad multifacética y única en él.
Y es que tenemos muy pocos espacios generosos y de calidad urbana a lo largo del país que pueden contribuir a unirnos social y culturalmente. Nos falta más ambición en esa dirección. Faltan más espacios que instalen valor real, no tan ficticio. El país necesita nuevos lugares para interpretar historias y contar otras nuevas que nos identifiquen no en una, sino que en varias direcciones.