El encuentro que tuvo el presidente Bernardo Arévalo con representantes de la Asociación de Cámaras de Comercio Binacionales (Ascabi) le permitirá a la comunidad internacional validar los cambios democráticos y los esfuerzos por transparentar las instituciones públicas que Guatemala impulsa desde el 14 de enero pasado a la fecha.
En el intercambio, que convocó a las naciones que aglutinan el 40 por ciento de las exportaciones, el 65 de las importaciones y el 37 de la inversión extranjera, el mandatario detalló los avances de las políticas públicas que buscan facilitar el comercio con el mundo.
En este sentido, resultó importante su visión de que el Estado debe concentrarse en simplificar la venida de capitales mediante el fortalecimiento del Estado de derecho y la certeza jurídica, condiciones que generan confianza entre los empresarios y los organismos de cooperación.
Los llamados a invertir que ha hecho el binomio que integran Arévalo y la vicemandataria Karin Herrera en diferentes espacios no han caído en saco roto. De hecho, en mayo recién pasado, Walmart comunicó que en los próximos cinco años traerá 700 millones de dólares, que permitirán crear 3 mil 500 empleos directos. Ayer, el Presidente anunció que en breve abrirá en el país la planta de almacenamiento y distribución de gas más grande de Latinoamérica, la cual dejará beneficios sociales y económicos incalculables.
Esta semana, Arévalo también informó que mediante un esfuerzo público-privado, en julio se empezará a construir la autopista de Escuintla a Puerto Quetzal, que implicará ejecutar 140 millones de dólares, algo más de 1 mil millones de quetzales.
Desde siempre, Guatemala es reconocida por su riqueza natural, así como por el esfuerzo y emprendimiento de sus ciudadanos, fortalezas que habían sido opacadas por la desvergüenza de sus anteriores autoridades, que fueron marginadas como interlocutores válidos del país. Hoy, el mundo percibe y ve un pueblo unido, que tiene un único fin: el desarrollo y la prosperidad integral e inclusiva.