El G7 mostró ayer su pleno respaldo al plan propuesto por el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Joe Biden, para un pacto de alto el fuego entre Israel y Hamás en Gaza.
A su vez, llamaron al movimiento islamista a aceptarlo, con el que Israel está dispuesto a seguir adelante, e instaron a los países con influencia sobre ese grupo armado para garantizarlo.
También, que la ayuda humanitaria sea distribuida en toda la Franja; apelaron a “un fin duradero de la crisis” y a que tanto los intereses de seguridad de Israel y de Gaza se garanticen.
El mandatario estadounidense hizo el pasado viernes una propuesta de tregua consensuada con Israel en la que, en tres fases, Hamás y el Estado judío alcanzarían un alto el fuego con vías a la permanencia y liberación de los cautivos israelíes que siguen en manos de las milicias palestinas.
Según el presidente norteamericano, Israel habría propuesto a Hamás un primer planteamiento de cese de seis semanas en que las tropas israelíes se retirarían de las áreas pobladas de Gaza y varios presos palestinos serían excarcelados a cambio de liberar a las mujeres, ancianos y heridos Cautivos.
La segunda etapa consistiría en el final permanente de las hostilidades y la libertad del resto de rehenes, mientras que la tercera y última fase se centraría en la reconstrucción de Gaza, ampliamente devastada por los casi ocho meses de ofensiva militar israelí.