El ministro de Finanzas Públicas, Jonathan Menkos, afirma que la readecuación del presupuesto es necesaria para invertir en programas de beneficio social. Respeta los plazos y el tiempo de discusión que la iniciativa lleve en el Congreso y reafirma que los fondos permitirán mejorar los servicios de salud, educación, vivienda, infraestructura y de energía eléctrica.
¿Cómo se justifica el incremento del presupuesto de 14 mil 451 millones de quetzales que el Gobierno ha pedido al Congreso de la República?
El ajuste tiene dos objetivos: utilizar los ingresos de la recaudación que ya tenemos y emplear ese dinero en inversiones que impulsen el crecimiento económico y el empleo; fomentar el bienestar de la población con programas y políticas sociales en educación y salud, además de la seguridad ciudadana.
¿Qué programas son?
Son varios, todos vinculados al Plan de Gobierno 2024-2028, pero, básicamente, queremos llevar bienestar y desarrollo en educación y salud a los sectores más desposeídos. Por ejemplo, remozar 10 mil escuelas este año; ya se reconstruyeron las primeras cuatro mil. Ahora necesitamos ejecutar esos fondos para llegar a la meta.
Además, buscamos que haya más acceso a medicamentos, aumentar el inventario en los hospitales y centros de atención. También, hay otro programa de salud destinado a personas que padecen cáncer, el cual estará a cargo del Ministerio de Salud Púbica.
¿El desabastecimiento de medicamentos en hospitales y centros de salud es por falta de recursos?
Nos han dejado muchas deudas que debemos pagar. Sin embargo, se ha firmado un acuerdo con la Unops (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos) para comprar medicinas a costos más bajos.
¿De qué proyectos habla en infraestructura vial y vivienda social?
El proyecto entregado al Congreso contempla 500 millones de quetzales para el programa Mi primera vivienda, el cual estará gestionado por el Crédito Hipotecario Nacional (CHN). Se va a beneficiar a hogares que no tengan techo y que tienen ingresos de cuatro salarios mínimos. No, necesariamente, serán familias con trabajo formal; solo tendrán que demostrar en sus cuentas bancarias esos fondos. Significa que pueden ser trabajadores del sector informal o formal en relación de dependencia. El reto es convertir lo que estos núcleos gastan en alquileres en vivienda propia. Queremos, por lo menos, reducir en un 10 por ciento el déficit habitacional (se estima que se necesitan 1.6 millones de unidades habitacionales en el país).
¿Es factible financiar la primera línea del metro de Mixco a El Obelisco?
Se incluyen recursos para estudios de preinversión. La sociedad debe tener claro que estamos trabajando y necesitamos dinero para esos análisis.
¿El resto de los 14 mil 451 millones de quetzales en qué se va a utilizar?
Recordemos que 5 mil millones ya tienen destino específico establecido en las leyes. Solo las municipalidades obtendrán 1 mil 676 millones de quetzales, lo que significa que van a tener un incremento del 17 por ciento de forma automática, porque así lo manda la Constitución. Otros dos mil millones de quetzales servirán para pagar deuda pública, así que solo serán siete mil millones los que nos quedarán, relativamente, libres para los proyectos que le describo. Tomamos en cuenta 200 millones de quetzales para recuperar el Aeropuerto Internacional La Aurora.
Ya que menciona el aeropuerto, ¿se ha pensado en otro esquema de administración?
Está en malas condiciones, no porque el Estado sea mal administrador sino porque ha habido malos administradores. Lo vamos a rescatar con una autoridad renovada, aunque es probable que, en el futuro, por el tamaño de la inversión que requiere y porque es un objetivo comercial, se pueda pensar en una alianza público-privada. Pero eso sería cuando lo hayamos remozado.
¿Con esa extensión del presupuesto 2024, el Gobierno estaría más que satisfecho?
Sí, porque nos permitirá avanzar en los objetivos y metas planteadas y cumpliríamos parte de lo que la sociedad nos exige. Nos ayudará a ajustar todo el gasto dirigido a temas económicos y sociales.
¿Habrá más inversión y menos gasto de funcionamiento?
Se destinará un 25 por ciento más de recursos a inversión pública y, del total del presupuesto, pasaríamos de un 17 a un 20 por ciento de inversión pública.
¿Le parece un nivel de inversión adecuado o sigue siendo bajo?
Es bajo, aunque este Gobierno se ha comprometido a llevar la inversión a un 30 por ciento en los siguientes presupuestos. Subir dos puntos porcentuales significan cinco mil millones de quetzales.
Usted habla con mucha certeza de que la SAT alcanzará o superará las metas. ¿Por qué está tan seguro?
Este Gobierno no va a proponer alzas impositivas o nuevos impuestos, pero sí que la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) sea más efectiva en la captación. Estamos seguros que se llegará a las metas porque la recaudación estimada, de 99 mil 200 millones de quetzales para este año, es una proyección promedio. Ya llevamos más de 6 mil 500 millones de quetzales recaudados por encima de lo previsto. O sea que tenemos el dinero, aunque no la disposición legal para traducirlo en inversiones y mejores bienes y servicios públicos. Lo que la población debe saber es que no estamos pidiendo un cheque en blanco.
¿Cuál es el mes o el plazo ideal en que el Gobierno espera la aprobación en el Congreso?
Valoramos y respetamos los tiempos del Congreso para su discusión, no imponemos urgencias. El Legislativo tiene sus propios caminos para aprobar la iniciativa. Sí estamos dispuestos a responder las dudas de todos diputados.
¿Hay capacidad para ejecutar todo el presupuesto?
Creemos que terminaremos el año con un 95 por ciento de ejecución. Hasta ahora llevamos un 35 por ciento, un promedio superior al de los últimos cinco años. Sin embargo, hay algunas instituciones más lentas, aunque por razones técnicas, como los ministerios de Comunicaciones y Energía y Minas. En todo caso, nos sentimos complacidos porque, para ser el primer año y tomando en cuenta el deterioro en el que recibimos las instituciones, vamos muy bien.
¿Qué tanto es el deterioro de esas instituciones que usted cita?
Le podría decir que las recibimos como quien llega después de una guerra: sin capacidad de gestión. Durante dos gobiernos no hicieron estudios de preinversión ni tampoco de obras. Encontramos escuelas destruidas…, en fin, es una realidad catastrófica.
Finalmente, ¿puede profundizar en el proyecto de llevar energía a quienes carecen de este servicio en el área rural?
Tenemos grandes proyectos que van a transformar el rostro del desarrollo del país. Uno es llevar energía eléctrica a comunidades rurales. Hoy, nueve de cada 10 hogares tienen este servicio, pero ese uno que no tiene significa 400 mil hogares que vamos a atender. Otro es la construcción de 1 mil 500 kilómetros de carreteras rurales. El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo nos apoyarán. Luego, el tramo de la CA9 Norte. Pretendemos terminar a cuatro carriles la ruta de El Rancho (El Progreso) a Teculután (Zacapa), para luego conectar también con otra de cuatro carriles a Puerto Barrios.
