“El Popol Vuh es un libro fascinante que nos habla sobre la cosmogonía del pueblo maya, lo que quiere decir cómo se formaron una cultura o un pueblo”, indica Lina Barrios, quien es antropóloga e investigadora, que desde 1974 se ha dedicado obtener todas las versiones posibles del libro nacional. Actualmente dirige el Instituto de Estudios Interétnicos y de los Pueblos Indígenas de la Usac.
Agrega que “explica cómo se formó la tierra, los bosques, los animales. Nos habla de la creación. Primero crearon los animales que no hablaron; después, a la humanidad de barro, que habló pero no pensó; posteriormente, la humanidad de madera, que habló y pensó, pero no agradeció, y por último la humanidad de maíz, que habló, pensó y agradeció, y directamente de esa generación que agradece viene el pueblo maya. Además, nos cuenta varias historias que los personajes representan antivalores y otros valores. Entonces hay lucha entre ambos bandos. La primera parte es filosófica, cosmogónica y refleja la cosmovisión del pueblo maya. La segunda habla sobre la historia de las migraciones únicamente del pueblo k’iche’, fundación de ciudades, adquisición de nuevos territorios, gobernantes, forma de organización social”, entre otros.
Su amor por este documento se inició gracias a su padre, quien le regaló una edición facsimilar del autor Agustín Estrada Monroy, de 1973. “Fue la primera vez que pudimos ver nosotros los guatemaltecos cómo está el texto que se encuentra en Newberry, Chicago, Estados Unidos”; porque en cada hoja se ubica el original y su traducción en español.
La investigadora expresa que el primer Popol Vuh fue escrito por abuelas y abuelos mayas con glifos; sin embargo, como los españoles vinieron a estas tierras y no comprendían la escritura, pensaron que se hablaba del diablo o hechicerías, por lo que repudiaron y quemaron todos los libros.
Cronología
El Popol Vuh fue encontrado por Fray Francisco Ximénez, él hizo una publicación en francés, entre 1701 y 1703. Hubo muchas personas extranjeras que se interesaron por el libro. De esta surge una nueva versión en 1857, publicada por el alemán Carlos Sherzer.
Luego Charles Brasseur encontró una copia en Rabinal y la compró junto a otro libro de Ximénez; este publica una transcripción en francés en 1861. Al morir Brasseur, su colección fue adquirida por Alfonzo Pinart y posteriormente esta compilación pasó a manos de Otto Stoll.
Finalmente, este lote de libros fue adquirido por un millonario norteamericano llamado Edward Ayer y este es el que funda la biblioteca de Newberry, ya que en 1897 donó aproximadamente 50 mil piezas. Fue acá donde Adrián Recinos encontró de casualidad el manuscrito que estaba pegado atrás de un libro que se llama El tesoro de las tres lenguas, k’iche, kaqchikel y tz’utujil, ambos de Francisco Ximénez. Es a partir de este descubrimiento que la población, mestiza y ladina, del país empezó a prestar atención al libro.
Nuevas versiones
La antropóloga describe que Luis Enrique Sam Colop, sociolingüista, elaboró una en k’iche’, luego la realizó en español; además, para ambas hizo una más popular. Adrián Inés Chávez fue el primer maestro indígena graduado en el ámbito nacional y lo trabajó sin ayuda de diccionarios antiguos; sin embargo, al no encontrar la palabra Popol en el lenguaje actual dijo que “el nombre correcto era Pop Vuh, pero no contaba con todos los diccionarios que
desafortunadamente están en el extranjero, y lo hizo con su propio esfuerzo, sin apoyo de ninguna institución; contrario a Luis Enrique Sam Colop”, comenta Barrios. Luego vinieron las publicaciones de Alfredo Cupil, Víctor Montejo y “una muy buena de Pacal Rodríguez Guajan, que hizo una versión del bolsillo muy bonita en un lenguaje entendible”.
La de Humberto Ak’abal titulada Paráfrasis del Popol Vuh es a consideración de Barrios, la mejor, ya que está realizada con un lenguaje sencillo para que los lectores lo entiendan. “Él contó en la presentación de su libro que les preguntó a los jóvenes de Momostenango si ya habían leído el libro, y cuando le respondieron que no entendían, fue su motivación para realizarlo”.
Sin olvidar la escrita el Premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias y la de Adrián Recinos, que es la que cuenta con más número de copias impresas, ya que lo publicó con el Fondo de Cultura Económica de México. De igual forma, la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala lo ha divulgado en los 22 idiomas mayas del país.
También para los niños
La primera en publicar una versión infantil fue la Editorial Piedra Santa. Igualmente, hay una realizada por una mexicana. Asimismo, existen ocho fascículos de una arqueóloga francesa que se publicaron en un medio impreso nacional y se presentaron tipo códice. Y, finalmente, hay una hecha por la hermana de Sam Colop, Francisca Violeta Sam Colop, que es una versión poética con ilustraciones de Yamanik Pablo, quien es hija de Barrios. Al consultarle sobre su trabajo, expresó que su mamá le “heredó la fascinación por el libro”. Y resaltó que “este libro tiene textos jeroglíficos porque la idea es que los jóvenes y niños que lo vean tengan ese primer acercamiento a la escritura. Porque, la verdad, para la civilización maya el haber creado un sistema de escritura tan complejo es un logro”, finaliza.
Publicaciones del Popol Vuh:
Autor Año
- • Francisco Ximénez 1703
- • Karl Schrzer 1857
- • Flavio Rodas y José Antonio Villacorta 1927
- • Georges Raynaud 1927
- • José María González de Mendoza 1927
- • Miguel Ángel Asturias 1927
- • Leonhard Schultze Jena 1944
- • Adrián Recinos 1947
- • Rafael Girard 1948
- • Dora Burgess y Patricio Xec 1955
- • Antonio Villacorta 1962
- • Munrod Edmonson 1971
- • Albertina Saravia 1973
- • Agustín Estrada Monroy 1973
- • Adrián Inés Chávez 1981
- • Dennis Tedlock 1985
- • René Acuña 1998
- • Alfredo Cupil 1999
- • Víctor Montejo 1999
- • Luis Enrique Sam Colop 1999
- • Ruud van Akkeren 2003
- • Allen Christenson 2003
- • Pakal B’alam Rodríguez Guaján 2006
- • Enrique Sam Colop 2011/2012
- • Ricardo Falla 2013
- • Humberto Ak’abal 2017
- • James Mondolch 2018
- • Francisca Violeta Sam Colop 2023
- • Franco Sandoval 2024
Su celebración
La Unesco declara el Año Internacional del Libro en 1972. Cada país decretó un libro nacional y en Guatemala se escogió el Popol Vuh. El 30 de mayo de ese año fue declarado por Acuerdo Presidencial con ese título.