Desde hace 25 años, este museo se dedica a resguardar gran variedad de máquinas ferroviarias que se usaron en Gijón (Xixón), que es una ciudad ubicada en el centro de la costa cantábrica del Principado de Asturias, España.
Se instaló en la antigua estación del tren del noreste de Gijón, que inició su funcionamiento en 1874 y cesó operaciones en 1990, razón por la que el ayuntamiento de esa ciudad empezó con los trabajos de adecuación y diseñó un edificio paralelo al existente, en el que hay una sala de exposición permanente y una estancia para actos. Todo el complejo abrió sus puertas el 22 de octubre de 1998.
Cuenta con su propio taller de restauración, ya que tiene más de 3 mil piezas y de estas, más de 100 se utilizaban para movilizarse; por ejemplo, locomotoras de vapor, de combustible y eléctricas; vagones, además de vagonetas de tracción manual en las que se trasladaban materiales y herramientas para reparaciones de las vías.
También, alberga objetos como faroles, herramientas, incluso una colección de las gorras que vestían los maquinistas. Su más reciente adquisición han sido 52 piezas de relojes de bolsillo ferroviarios de entre 1840 y 1930. La muestra permanente se estrenó el 25 de abril pasado y la han denominado El tiempo en el bolsillo.
De igual forma, cuentan con una biblioteca especializada, hemeroteca, fototeca y archivo con variedad de documentos que ha sido formada por donantes y colaboradores que continúan proporcionando este material.
Muestra de esto es un donativo que contenía documentos del ferrocarril de Langreo, que fue uno de los pioneros en la península ibérica y el primero de índole industrial, dedicado al transporte de carbón y que además movilizaba pasajeros. Lo cedido contiene escritos variados de entre 1857 y 1896, en los que hay correspondencia, contabilidad y registros diversos.
En otros documentos que se recibieron en 2023, se lee el primer accidente que involucró a un tren y un carro; como dato curioso, en el lugar únicamente estaban registrados 99 vehículos, y en el juicio un cura acudió como testigo del incidente que se registró en 1916.
“Constituye un testimonio de incalculable valor para el estudio, conservación y difusión del patrimonio e historia ferroviaria de Asturias. No obstante, el fondo del Museo abarca otra temática de interés no exclusivamente ferroviario, y conforma un patrimonio documental de distintos formatos y soportes organizados en sus correspondientes secciones para facilitar así el acceso a investigadores y usuarios”, se lee en su sitio web www.gijon.es/es/directorio/museo-del-ferrocarril-de-asturias.
En la pasada jornada dedicada al Día Internacional de los Museos, hubo paseos a los que denominaron Jornada de vapor vespertina, en la que los asistentes disfrutaron de viajes en el andén del tren e hicieron un recorrido corto por las instalaciones del museo en un tren de vapor. Si desea seguirlos en Facebook puede buscarlos como Museo del Ferrocarril de Asturias.
Cabe resaltar que, en este país europeo, todavía se utilizan los trenes para movilizarse, tanto en el área metropolitana como en las provincias, ya que es parte importante de su servicio de transporte.