Foto: Cortesía Paula Salischiker
Dibujante destacada, ilustradora y humorista gráfica: Alejandra Lunik es una artista integral. Nació en Chile en 1973, pero a los pocos meses sus padres la llevaron a Argentina, huyendo de la dictadura de Pinochet. En Buenos Aires estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, graduándose como profesora de artes visuales.
Publica diariamente la viñeta Andá a lavar los platos en La Nación, uno de los diarios centenarios más importantes de Argentina, donde ofrece una visión humorística y sarcástica de diversas situaciones, incluyendo la pandemia. Este trabajo le ha dado gran visibilidad en el mundo del humor gráfico.
Sus primeros pasos profesionales fueron como dibujante por encargo para editoriales y haciendo storyboards para publicidad. Posteriormente, trabajó como ilustradora de libros educativos e infantiles para editoriales como Santillana, Kapelusz, Norma y Alfaguara, donde pudo imprimir su estilo en sus trabajos. En 2008, Lunik empezó a trabajar para la revista Ohlalá!, donde en 2011 creó su popular personaje Lola. Esto la llevó a trabajar para reconocidas revistas como Fierro, Sex Humor, Rolling Stone, Para Ti y Billiken.
Esta talentosa autora ha tenido una larga trayectoria que le ha permitido crear un estilo único.
Lunik destaca la importancia del oficio en su desarrollo profesional, mencionando cómo sus dibujos la salvaron en momentos difíciles y la motivaron a seguir adelante. Su carrera creció significativamente, y en 2016 asumió el reto de publicar una viñeta diaria en La Nación. Este trabajo diario representa un desafío creativo, requiriendo tanto un buen dibujo como un mensaje potente, lo cual ha logrado mediante la práctica, la lectura de historietas y cursos de guion.
Su método de trabajo incluye la creación de guiones y dibujos en diferentes días para evitar bloqueos creativos, y el uso de tecnología, como una tablet y un programa especial para dibujantes, lo que ha acelerado sus procesos y permitido mayor flexibilidad. A pesar de esto, la artista aún valora la calidad de los materiales tradicionales como el papel y la tinta.
Además de su trabajo diario, Lunik dedica tiempo a recolectar información, tomando notas de voz que luego transforma en guiones o bocetos. La interacción con sus seguidores en redes sociales le proporciona un valioso feedback para mejorar sus viñetas.
Lunik ha sido testigo del cambio en la industria del humor gráfico, donde antes predominaban los hombres, pero ha encontrado apoyo y comunidad en un grupo de mujeres que provienen del mundo de los fanzines de autogestión.
Agradecida por su carrera, Lunik sigue explorando nuevos proyectos, incluyendo una novela gráfica, la estampa de prendas y la presentación de sus pinturas en una galería de arte.