Washington, EFE
El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSC, en inglés) advirtió ayer a Israel que debe tomar “todas las precauciones posibles para proteger a civiles”, tras el ataque sobre un campo de desplazados de Rafah que dejó decenas de muertos, incluidos mujeres y niños.
“Israel tiene derecho a perseguir a Hamás, y entendemos que este ataque mató a dos terroristas de alto rango”, afirmó un portavoz del NSC, quien matizó que, pese a ello, el Estado judío debe actuar con cautela para no arriesgar la vida de ciudadanos.
Además, desde el Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. calificaron las imágenes tras el bombardeo que provocó el fallecimiento de “decenas de palestinos inocentes” como “devastadoras” y “desgarradoras”.
La cifra total de víctimas mortales en Gaza ha alcanzado los 36 mil 050, 45 de ellos en el ataque contra el mencionado campo de desplazados, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, bajo control de
Hamás.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo que la muerte de refugiados fue un “trágico error” que ya están investigando, indicó en una audiencia en la Knéset (Parlamento israelí) con familias de rehenes sobre la guerra en la Franja de Gaza. Rafah, al sur del enclave palestino, continúa en el foco de la ofensiva a pesar de la orden emitida por la Corte Internacional de Justicia, para la detención “inmediata” de la operación militar, pero esta última agresión ha desencadenado una nueva oleada de reacciones que piden el cese de las hostilidades.
Cerca de un millón de personas han huido; la mayoría hacia el Oeste -a las playas de Al Mawasi- donde se encuentran hacinados y sin servicios de saneamiento o agua potable.