Juan José Pons
Catedrático de Geografía
En el Día del Mundo Rural, que se celebra el 15 de mayo, honramos al santo patrón de los agricultores
(San Isidro) y aprovechamos también para reflexionar sobre los desafíos a los que se enfrentan las zonas rurales y cómo podemos ayudar en ellos desde las universidades.
En un contexto territorial cada vez más urbanizado, las comunidades rurales se encuentran a menudo marginadas, enfrentando problemas que van desde la despoblación y el envejecimiento de sus habitantes, hasta la escasez de servicios básicos –públicos y privados– de todo tipo.
Cuál es el papel que deben jugar las universidades en la búsqueda de soluciones para los desafíos del mundo rural.
Las actividades del sector primario, tradicionales de estos espacios, no escapan tampoco a las dificultades. Y muestra de ello han sido las recientes movilizaciones protagonizadas por agricultores, que han traído sus tractores (y su reivindicación) hasta el corazón mismo de las ciudades.
El progresivo abandono de las explotaciones agrarias y ganaderas está causado, preferentemente, por la falta de relevo generacional y por las escasas expectativas de rentabilidad económica del sector, asfixiado como está por la escalada de los costes de producción, la dificultad de competir en precio con las producciones de otros países y la creciente regulación sanitaria y ambiental.
Las movilizaciones de agricultores, al igual que las plataformas y partidos que buscan capitalizar la representación política del conjunto de territorios que conocemos como España Vaciada (nombre a todas luces desacertado, aunque esa es otra cuestión…), son solo una manifestación palpable de la angustia y la frustración de las gentes que viven en el mundo rural y un símbolo de la lucha por su propia supervivencia.
En este difícil contexto, cabe preguntarse, como hacíamos al principio, cuál es el papel que deben jugar las universidades en la búsqueda de soluciones para los desafíos del mundo rural.
Continuará…