El piso de cemento está manchado y las salas de exhibiciones están vacías debido a las filtraciones de agua que se registran en dos de las cuatro losas del Museo Caracol del Tiempo José Luis Ralda González. El recinto fue inaugurado el 21 de diciembre de 2023 por el gobierno de Alejandro Giammattei, pero con las primeras lluvias de la temporada evidenció fallas en la terraza.
Para ponerlos a salvo, se retiraron del espacio los vestigios que se exhibían al público y que han sido desenterrados durante tres décadas en el Parque Nacional Tak’alik Ab’aj, Patrimonio Mundial de la Humanidad, en El Asintal, Retalhuleu.
Solo permanecen ocho estelas y cuatro altares, los cuales están cubiertos con una manta de tela y luego otro de nailon, debido a que por su tamaño y peso se necesita maquinaria especial para moverlos.
“Ninguna pieza arqueológica debe ser expuesta a eso porque no es el agua en sí, sino que es a través del material que filtra, que puede manchar las esculturas. Así como ha ocurrido con el piso”, comentó Christa Schieber de Lavarreda, encargada de las investigaciones arqueológicas de ese lugar. Ella se lamenta de que la galería se haya tenido que cerrar al público para hacer las reparaciones.
Emblemático, pero con defecto
La construcción del inmueble que simula el molusco provisto de concha en forma de espiral, cuya figura evoca la continuidad de la historia, fue adjudicada en abril de 2022 por la administración anterior del Ministerio de Cultura y Deportes (MCD) a la empresa Constructora y Transportes J.P., Sociedad Anónima, por 18.1 millones de quetzales, de acuerdo con el Sistema de Información de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (Guatecompras).
Fue esta misma la que, por otros 7.4 millones de quetzales, se hizo cargo de la museografía, que abarca desde la instalación de la iluminación, pintura, muros de tablayeso, vitrinas, fabricación de bases para monumentos hasta el mobiliario y equipamiento, entre otros.
En total, ambos proyectos ascendieron a 25.5 millones de quetzales. “No debería tener fallas. Los más tristes somos nosotros, los arqueólogos de acá, porque el museo es un sueño de décadas y cómo costó que se hiciera. Es un regalito, pero con fallas”, acotó Schieber.
El ingreso de agua al interior del lugar, aseguró, produce “un efecto búmeran en todo sentido porque si empieza a fallar una cosa, empieza a fallar otra”.
La justificación
Lucía Castillo, jefa de la Oficina Técnica de Ingenieros de la citada empresa, comentó que lo que está ocurriendo en el Caracol del Tiempo no se debe a ningún inconveniente estructural.
“Las filtraciones fueron provocadas porque el concreto trabaja con un coeficiente térmico y todo el tiempo se está expandiendo y contrayendo. El problema es que en Retalhuleu hay altas temperaturas y por el origen del cemento, que fue proporcionado por la empresa Mixto Listo, no se ha comportado de la manera esperada”, enfatizó.
Castillo comentó que esta semana empezarán con las reparaciones y que asumirán los costos. “Vamos a hacer una impermeabilización con fibra de vidrio” y estas podrían tardar dos meses y medio porque no se pueden hacer bajo la lluvia.
Contó que la edificación actual se hizo sobre una que ya existía y que corresponde a un 35 a 40 por ciento de toda la obra. Entre estas resaltó, por ejemplo, las paredes del área de exhibiciones y una parte del auditorio. “Lo viejo no forma parte de nuestras especificaciones y las bases. No tendríamos que dar garantía si falla lo viejo, que ya estaba”, remarcó.
Laura Cotí, viceministra de Patrimonio Cultural y Natural del MCD, se refirió a las fallas de la obra a poco más de cinco meses de inaugurada por el gobierno de Alejandro Giammattei. “Sin duda alguna no es algo esperado ni ideal; sin embargo, son situaciones que más allá de lamentar tenemos que solucionar de manera pronta y efectiva para habilitar nuevamente el museo y recibir a los visitantes”, dijo.
Acotó, además, que “en el marco de la comunicación que hemos mantenido con la empresa se les hizo de su conocimiento que por temas de garantía deben reparar los daños, ya que es una obra nueva. Ellos manifestaron su anuencia a realizar los trabajos necesarios y están conscientes de que debe
cubrirnos la garantía”.
También con la UNE
Durante la administración anterior la citada compañía obtuvo 11 adjudicaciones para obras que en conjunto suman 176.3 millones de quetzales. De ellas cuatro fueron del MCD, cinco del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) y dos de la cartera de Desarrollo Social (Mides), de acuerdo con Guatecompras.
Entre 2012 y 2019, la compañía no registra ningún contrato con los gobiernos de turno, salvo una adquisición directa de piso y puertas de madera, por 34 mil 561 quetzales, hecha por el Mides.
Pero, entre el 2009 y 2011, en los tiempos en que gobernó el país el expresidente Álvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), cuando la excandidata presidencial Sandra Torres figuró como primera dama, la firma tuvo otra buena racha de negocios con el Ejecutivo.
Ganó nueve contratos, todos del CIV, por 17.4 millones de quetzales. En su historial, desde 2005 hasta 2014, la citada constructora registra 176 adjudicaciones que suman 445.7 millones, la mayoría con comunas y otras entidades.
Ven posible corrupción
“Ya nada de este tipo de obras mal hechas, inconclusas y hasta fantasmas sorprende, porque todos los operarios del gobierno anterior eran expertos en ese tipo de gestiones. La obra era solo un pretexto para saquear los fondos”, aseguró Manfredo Marroquín, de Acción Ciudadana (AC).
Renzo Rosal, analista político y catedrático universitario, comentó que “es evidente que la obra se hizo de muy mala calidad y que es probable que tenga que ver con corruptela. Ese fenómeno criminal ha ido invadiendo otros terrenos y ya no es infraestructura vial y productiva, sino que, como en este caso, cultural. Es decir, no se deja nada fuera”.
El hallazgo, agregó el entrevistado, “refuerza lo que se ha venido diciendo desde hace meses de los posibles actos de corrupción (en el pasado) en el MCD. Ojalá se pongan denuncias, aunque por ahora en este país no prosperan, pero hay que hacerlas, para deducir responsabilidades”.
Historia milenaria
La historia de Tak´alik Ab´aj, cuyos descubrimientos se exhibían en el Museo del Caracol del Tiempo, es una de las más largas de Mesoamérica ya que se inicia alrededor del 800 a.C. y concluye en el 900 d.C.
En sus comienzos esta ciudad prehispánica interactuó con los olmecas y al cese de esta relación, fue uno de los protagonistas en el desarrollo de la cultura maya temprana, de acuerdo con un documento elaborado por las autoridades del citado parque arqueológico.
Al ojo del visitante
“En el sitio arqueológico se encuentran muchos objetos que dejaron los antiguos habitantes y que después de haberlos recuperado del suelo que los guardó por tanto tiempo, por su naturaleza frágil y portátil, no han podido quedar exhibidos en los senderos del parque”, se indica en la Revista Identidad, del MCD en junio de 2006, tras anunciar la firma de un convenio marco entre instituciones del Ejecutivo para la construcción del Museo Caracol del Tiempo.
Entre estos, se enumeraba, hay vasijas que en aquel entonces contenían alimento y bebidas y utensilios que se utilizaban para prepararlos. También, instrumentos de trabajo y joyas que ostentaban los gobernantes.
Estos, destacaba, relatan de una manera más íntima la vida de sus antiguos dueños. Luego, remarcaban que existe la necesidad de crear un museo para dar cabida a estos objetos cotidianos elaborados por los artesanos, así como a las pequeñas y grandes obras de arte que fueron creadas para plasmar su manera de explicar e imaginar el mundo, su religiosidad y vida política.