Confianza, esa es la palabra clave para la atracción de inversiones. Sin duda, la condición esencial para ganarse el respeto de empresarios nacionales y extranjeros es la credibilidad que inspiren las autoridades gubernamentales. Nadie, en su sano juicio, pondrá su capital en un país cuyos liderazgos políticos son
repudiados por sus propios pueblos.
Luego, habrá que ofrecer certeza jurídica, gobernanza, estabilidad económica, talento humano y, sobre todo, un Gobierno que defienda e impulse la decencia en las instituciones públicas, un régimen que lejos de doblegarse combata a los corruptos y a quienes los cuidan.
Esas cualidades, en las que Guatemala avanza a pasos agigantados, son percibidas por corporaciones transnacionales que se sienten identificadas con un Organismo Ejecutivo solidario, que busca la prosperidad integral e inclusiva. Para comprobar la empatía de la cual goza el binomio integrado por el presidente Bernardo Arévalo y la vicemandataria Karin Herrera basta citar a la CEO de Walmart Centroamérica, Cristina Ronski, quien advirtió que los 700 millones de dólares (unos 5 mil 432 millones de quetzales) que la compañía invertirá en los próximos cinco años reflejan el optimismo que la nación ha despertado en los últimos meses.
Un mensaje corto, que dice mucho, sobre todo si antecede a otros como el enviado por el embajador de EE. UU., Tobin Bradley, quien afirmó que los capitalistas norteamericanos apoyan la visión del país que se construye, el cual infunde optimismo y respeto. Poco más que agregar.
La nueva primavera requerirá más compromisos, esfuerzos y trabajo, pero es bueno saber que afuera del territorio no solo nos observan, sino que nos respaldan. En marzo recién pasado, en el marco de un encuentro organizado por la Fundación para el Desarrollo (Fundesa), directivos de las multinacionales Meta, Amazon y Walmart manifestaron su interés de invertir; dos meses después, una de las compañías más exitosas del mundo lo concreta, confiemos que vengan otras, convencidas en el cambio que se generó en las urnas y que se defendió en las calles.