El Ministerio de Comunicaciones se ha pervertido concluyó el nuevo jefe de dicha cartera, Félix Alvarado, tras ser presentado el lunes 20 de mayo por el Presidente de la República como integrante del Gabinete de Gobierno.
Sus palabras cobran sentido hoy, cuando se conoce la supuesta red de prostitución creada por las anteriores autoridades, la cual es investigada por órdenes del presidente Bernardo Arévalo y de la vicemandataria Karin Herrera, previo a presentar la denuncia ante el Ministerio Público (MP), un ente que, por cierto, se ve forzado a actuar ante la magnitud de las fechorías perpetradas por quienes han gozado de impunidad e indulgencia judicial.
La historia pareciera haber salido de la mente brillante de uno de los grandes novelistas latinoamericanos, pero no, lastimosamente, no. De acuerdo con lo que se conoce, la trama habría sido producida por las mafias que gobernaron durante los períodos de Alejandro Giammattei y Jimmy Morales, las que, inconformes con los millonarios saqueos cometidos, hicieron de los despachos verdaderos lupanares financiados con fondos públicos.
El caso, que ha provocado indignación y sonrojo entre los buenos guatemaltecos, refleja la inmoralidad de un sistema que, ahora se ve, fue construido para conseguir fortunas y saciar los instintos más bajos de quienes ahora son los principales opositores para el impulso de instituciones decentes, probas y eficientes.
Desde esta tribuna y con toda la claridad y fuerza posibles, se exige que el MP llegue al fondo del asunto, sin importar si sus pesquisas se pasan llevando a quienes se creen o sienten intocables. Es difícil pensar que, bajo las órdenes de Consuelo Porras, el ente encargado de investigar procese a los depravados que idearon esta manera de “diversión”, aunque el caso no desaparecerá de la mente de los ciudadanos, los que velarán porque algún día se haga justicia.
En fin, está visto que quienes dirigieron el Organismo Ejecutivo años atrás eran, además de corruptos, unos cínicos pervertidos.