Madrid, EFE
El futbol llora el adiós de un volante de época, el paso del tiempo, la decisión de irse en lo más alto, con 34 años, aún con mucho que regalar en los terrenos de juego. Es la personalidad de Toni Kroos.
El mismo que decidió cerrar un ciclo en un Bayern que pudo marcar una época y ahora, siendo leyenda del Real Madrid, deja huérfano de su guante de seda y la precisión en el pase a un equipo en el que dio forma con Casemiro y Luka Modric a su mejor centro del campo.
5 veces ha ganado la Champions League.
En Wembley, el mismo escenario donde Kroos conquistó su primera Champions, en las filas del Bayern Múnich, sin poder participar por lesión ante el mismo rival, el Borussia Dortmund, se producirá el final deseado por el futbolista alemán a nivel de clubes. Cerrará el círculo vestido de blanco.
La oportunidad de pasar a la historia con su sexta conquista de la Liga de Campeones y dar alcance a Paco Gento. Un último reto solo al alcance de Luka Modric, Dani Carvajal y Nacho Fernández. Supervivientes de una generación icónica para el madridismo.
A Kroos ya le costó ampliar un año su última renovación y dudó seguir otro más. Valoró todo lo que le aporta el Real Madrid, su felicidad en la capital de España, pero se ha impuesto su deseo de dejar para el recuerdo la mejor de sus versiones.
El cerebro de todo. El jugador que mejora a los que lo rodean. El líder que pide el balón para imponer un estilo y que nunca lo pierde.