Londres, EFE
El Tottenham Hotspur no decepcionó a su afición. En el partido que ningún aficionado de los spurs quería ganar, el Manchester City se impuso con un doblete de Erling Haaland luego de 51 minutos de tensión y un paradón de Stefan Ortega a Heung-min Song en el final; y la cuarta Premier League seguida para los de Pep Guardiola está a un triunfo de distancia.
Pocas veces, por no decir ninguna, un aficionado del Tottenham celebraría un gol en contra de su equipo, pero eso es lo que ocurrió ayer en el norte de Londres para truncar al Arsenal. Cuando Haaland desabrochó el 0-0 en la segunda parte, la tensión del estadio se diluyó.