Bien haría la Fiscal General y jefa del Ministerio Público (MP) en jalarle las orejas a quienes le preparan sus discursos y hacen que ponga en evidencia su desconocimiento en temas complejos como los económico-financieros. O, tal vez, debe ser más prudente cuando intenta restar méritos a otras instituciones del Estado, puesto que cuando los ataques no están sustentados, se corre el riesgo de sufrir desgastes innecesarios.
El martes recién pasado, durante la declaración que ofreció en la sede del MP, para intentar desmentir las afirmaciones nacionales e internacionales que la vinculan con las mafias que asaltan el erario, la señora Consuelo Porras quiso mofarse del Organismo Ejecutivo al asegurar que este gobierno tiene el “presupuesto más alto de la historia y que, casi a mitad del año, no ha podido ejecutar ni el 10 por ciento del mismo”.
No puede ser posible que en un pequeño párrafo, la funcionaria cometa dos equivocaciones o mentiras y que, a estas alturas, aún no haya recapacitado y ofrecido disculpas, aunque, quizás, ni ella ni sus asesores se han percatado de sus yerros.
Para empezar, el proyecto de ingresos y gastos de 2024 es el mismo que tuvieron a su disposición Alejandro Giammattei y Miguel Martínez en 2023, el cual fue aprobado por la anterior legislatura.
Además, cuando se compara la ejecución presupuestaria realizada de enero a abril, en el primer año de los cuatro gobiernos anteriores, el Gabinete de Bernardo Arévalo y Karin Herrera registra la mayor eficiencia, al alcanzar el 28.34 por ciento del total disponible, con el agregado de que las carteras de Salud y Educación contabilizan los mayores desembolsos, contrario a las aseveraciones de Porras.
En fin, por el bien del país, confiemos que en materia de investigación criminal, la fiscal cuente con consejeros más atinados y serenos, que le aporten y no le resten credibilidad, aunque sea en las alocuciones y conferencias de prensa.