La canícula, que representa una disminución de lluvia, se manifestará entre la segunda quincena de julio y primera de agosto, con la característica de que no será prolongada.
Eso significa que lloverá más este año, aunque el ingreso del invierno se retrasará, de acuerdo con especialistas en materia climática.
Un informe de meteorólogos, quienes integran el Foro del Clima de Centroamérica, detalla que, en el caso de Guatemala, la temporada lluviosa, que normalmente ingresa a mediados de mayo, se retrasará hasta junio, por lo que habrá condiciones deficitarias.
En el presente mes continuarán registrándose elevadas temperaturas, ingreso de humedad en ambos litorales, aunque no se descartan aguaceros de carácter local; es decir, solo en algunos sectores del país. Para junio y julio habrá condiciones de excedencia de precipitación en la mayor parte del territorio nacional.
Los mayores acumulados de lluvias se esperan en la Boca Costa, Norte de Quiché, Occidente, el Caribe, sur de Petén, Franja Transversal del Norte (FTN), este de valles de Oriente y el Pacífico.
Temperaturas
En cuanto al máximo promedio de temperaturas para mayo, las más altas serán en Petén y oscilarán entre 38 a 40 grados; la FTN, el Caribe y Boca Costa, 34 y 38, y el resto del territorio, entre 18 a 30.
El mencionado foro explicó que en el mar Caribe el calentamiento ha sido sostenido. Para los próximo meses, ese punto y el Atlántico se mantendrán con temperaturas más altas que las normales, lo que favorecerá una temporada activa de ciclones tropicales.
Existe la posibilidad de que se desarrolle una tormenta tropical en mayo y otra en junio, por lo que no se descarta la influencia directa o indirecta sobre el país y resto del Istmo.