En el Tribunal de Mayor Riesgo A se escucharon ayer los testimonios de sobrevivientes de las masacres perpetradas en Quiché contra el pueblo maya ixil, durante el conflicto armado interno, en medio del juicio contra el general retirado Benedicto Lucas García, acusado por delitos de genocidio, deberes de humanidad y desaparición forzada.
Ambrosio Santiago recordó cómo en 1982, elementos del Ejército llegaron a su comunidad y asesinaron a sus familiares, por lo cual, él y otros parientes tuvieron que ocultarse en la selva por unos ocho meses. “Teníamos que estar en la montaña porque si no, nos iban a matar como animales”, lamentó la víctima.
Otra testigo, identificada solo como Petrona, relató cómo los militares llegaron a la aldea Estrella Polar, en Chajul, separando a hombres y mujeres. “Escuchamos una granada en la iglesia. Yo lo viví, lloré, sufrí, por eso estoy en mi derecho de venir acá”, afirmó.
Los hechos ocurrieron entre agosto de 1981 y marzo de 1982, en Nebaj, Chajul y San Juan Cotzal, en el área Ixil de Quiché, durante el tiempo que Lucas García se desempeñaba como jefe del
Estado Mayor del Ejército de Guatemala.
Según un comunicado de la Asociación Justicia y Reconciliación (AJR) y la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (Odhag), durante este período se ordenaron operaciones militares de barrida, lo que concluyó con la masacre de al menos 1 mil 771 pobladores, entre niños, ancianos, mujeres embarazadas y hombres.