Madrid, EFE
Un gol del inglés Jude Bellingham en el minuto 91 certificó la victoria del Real Madrid en el clásico contra el Barcelona (3-2), y dejó vista para sentencia el título de LaLiga, pues el conjunto blanco queda con 11 puntos de ventaja con tan solo 18 por disputar.
El Real Madrid había igualado en dos ocasiones el marcador. En la primera parte, con un tanto de Vinicius Junior, de penal, en el minuto 18 después del cabezazo de Andreas Christensen en el 6. Y en la segunda mitad, Lucas Vázquez puso el 2-2, en el minuto 73, después del tanto de Fermín López en el 69.
Celebró el Santiago Bernabéu un triunfo con sabor a título sobre el eterno rival. La recuperación de la corona liguera. Con la satisfacción que siente el madridismo por la entrega de unos jugadores que, cuando no es con futbol brillante, tiran de orgullo y una fe inquebrantable para alcanzar el éxito.
La necesidad del Barcelona contrastó de inicio con la suficiencia del Real Madrid. La resaca emocional de la batalla del Etihad, el ejercicio de resistencia, se palpó más que en el físico en el factor mental.
Salir a un partido con la obligación de ganar o hacerlo con red, con una diferencia de puntos que permitía dar por bueno el empate. Provocó errores graves que tienen peaje en duelos grandes.