SELVIN CARPIO
Antoine Marie Jean-Baptiste Roger, Conde de Saint-Exúpery, mejor conocido como Antoine de Saint-Exupéry, dividió su vida entre sus dos grandes pasiones, la aviación y la escritura. Este escritor francés a la fecha es mundialmente reconocido por su obra cumbre: El Principito (Le Petit Prince).
Su pasión por la aviación y su espíritu patriótico lo hicieron ser partícipe de numerosas expediciones aéreas en lugares donde existían intereses de Francia, tanto bélicas en Marruecos, Libia y Argelia, como de correo aéreo en algunos otros países de África y Sudamérica, y nuevamente bélicas, en el Mediterráneo francés durante la Segunda Guerra Mundial donde finalmente fallecería.
Realizó también expediciones de aventura, y es en una de ellas donde tiene contacto con Guatemala. Volaba procedente de Nueva York y pretendía llegar hasta la Tierra del Fuego en Argentina, acompañado únicamente por su amigo y mecánico André Prévot, cuando el 16 de febrero de 1938 se vio obligado a hacer escala en el Aeropuerto La Aurora para abastecerse de combustible, la escala no tomaría más de una hora y proseguirían su viaje.
”…es aquí donde Saint-Exúpery, según críticos literarios, se inspiró para escribir El Principito“.
Sin embargo, el avión no pudo alcanzar la altura necesaria y cayó impactando contra la valla final del aeropuerto, quedando la cabina destrozada y ambos gravemente heridos.
Los diarios de la época dieron la noticia al día siguiente que el accidente se debió al hecho de haber sobrecargado el tanque de combustible, lo cual impidió elevar correctamente la nave en la corta pista de aviación del aeropuerto.
André Prévot se recuperó rápidamente de sus heridas; sin embargo, su amigo estuvo cinco días en coma, con fractura de cráneo y a punto de perder un brazo. Al recobrar el conocimiento fue trasladado a La Antigua Guatemala para su recuperación.
Y es aquí donde Saint-Exúpery, según críticos literarios, se inspiró para escribir El Principito. El poeta nacional Jorge Carrol, en sus trabajos de investigación expone que el Asteroide B-612 de donde procede el protagonista, se refiere a La Antigua Guatemala, los tres volcanes mencionados en la trama, los identifica como los volcanes de Fuego, Agua y Acatenango, así también menciona que la boa que devora a un elefante, hace alusión al Cerro de Oro en el lago de Atitlán, ya que la silueta de este tiene similitud con una de las ilustraciones hechas por el autor y que aparecen en el libro.
Como sea, emocionalmente deseamos creer que las descripciones naturales de nuestro país, lograron inspirar un fantástico cuento considerado para niños, pero a la vez es una crítica a los adultos, ya que se tratan temas profundos de la vida, como la amistad, la soledad y el amor.