Cortesía Vulcan Productions
¿Alguna vez has querido hablar de algo, pero por alguna razón tu cuerpo, sobre todo tu mente, se congela y no puedes expresarte? ¿Imaginas que esto te suceda siempre?
Estas dificultades son una característica de las personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista), que es un trastorno del desarrollo neurológico que afecta la comunicación, el comportamiento social y las habilidades de interacción de una persona.
Esto es demostrado de una manera tan cruda como respetuosa en el maravilloso documental The Reason I Jump (La razón por la que salto), en el cual se explora la neurodiversidad por medio de las experiencias de jóvenes no-verbales y con autismo.
“Para ti, pensar y hablar solo te toma un segundo, pero en mi caso siento como si debo hablar en otro idioma, todos los días”, comparte uno de los jóvenes en el filme que está basado en el libro homónimo de Naoki Higashida y que puedes ver en la plataforma Star.
Todo esto se resume en: aceptar y valorar a las personas tal y como son.
“‘Déjenlo, quiere estar solo’. ¿Cuántas veces no he escuchado eso? La verdad es que me gustaría estar junto con otras personas, pero me cuesta mucho expresarme”, agrega otro.
Cristina Gordo, coordinadora de Puntea (Programa Unidad de Atención para niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista) del Instituto Neurológico de Guatemala, explica que es difícil generalizar por qué sucede esto, ya que cada persona con TEA es diferente.
Sin embargo, resalta algunos de los desafíos más comunes que pueden enfrentar: Dificultades en la comunicación verbal y no verbal, intereses específicos y restringidos, comportamientos repetitivos y dificultades para comprender las normas sociales, entre otros.
“Estas dificultades se pueden manifestar en problemas para expresar sus ideas, para entender el significado de ciertas frases o gestos de otras personas, interés en entablar una conversación con otros, poco contacto visual y para seguir el hilo de una conversación”, comenta la experta.
Algunas recomendaciones para ayudar a construir y mantener una relación exitosa con alguien con TEA son: educarse sobre las peculiaridades y comportamientos, ser paciente y comprensivo, utilizar un lenguaje claro y directo, respetar las necesidades y los límites individuales, encontrar intereses comunes y ser flexible y adaptable.
Todo esto se resume en: aceptar y valorar a las personas tal y como son.
Durante abril se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha instaurada por Naciones Unidas para visualizar a las personas con TEA y sus familias y promover el ejercicio afectivo de sus derechos.
Al cultivar una actitud de comprensión, paciencia y respeto, podemos construir una relación de amistad significativa y gratificante con una persona con TEA.