Cortesía: Ana Lucía Martínez
La Semana Mayor es tradicionalmente dedicada a la oración y el descanso. Las personas acompañan cortejos procesionales o simplemente se refugian en lugares turísticos para pasar los días de verano alejados del trajín de la ciudad y la cotidianidad del trabajo.
No obstante, para los deportistas confederados eso suele cambiar. Lo anterior se debe a que si no están en una competencia están preparando la siguiente, en busca de una nueva presea o la clasificación para algún torneo importante como el de este año, los Juegos Olímpicos de París.
Tal es el caso de Jordi Navarijo, quien esta semana intervino en el Panamericano de Ráquetbol y se colgó la medalla de plata en la categoría juvenil.
Otros se valen del atuendo de cucurucho para pasar desapercibidos en las filas o entre las multitudes, que salen a venerar el paso de los cortejos religiosos. O, en algunos casos, muy pocos cuentan con el permiso de sus técnicos para darse un merecido descanso.
Esto le sucedió a Ana Lucía Martínez, quien apenas el viernes dio una demostración de calidad en el balompié femenino mexicano al marcar un gol y ceder una asistencia, por lo que un paseo por un balneario fue exactamente lo que necesitaba.
Para Alberto González el trabajo no para, pues la enfermedad que padeció retrasó su preparación hacia el maratón de París. Una vez recuperado, su mente está enclavada en dicha competición.