El presidente Bernardo Arévalo lo resume muy bien: 14 altos representantes de Estados Unidos han llegado para revisar y consolidar temas bilaterales en materia de seguridad, migración y economía.
La presencia de Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional del país norteamericano, también evidencia el respaldo político que el gobierno de Arévalo y de la vicemandataria Karin Herrera recibe de EE. UU., particularmente, en su ofensiva contra la corrupción.
Y para muestra, basta interpretar el mensaje que Mayorkas envía cuando afirma que el dignatario “nos inspira y estamos muy agradecidos por su liderazgo, asociación y amistad”.
La posición del secretario se torna más contundente y sincera cuando habla del combate a las mafias que ha emprendido la actual administración y de la conciencia que la gestión del presidente Joe Biden tiene sobre el particular.
“Sabemos que las fuerzas de la corrupción siguen amenazando la democracia”, destaca, sin citar nombres ni cargos, lo cual es innecesario si se toman en cuenta las sanciones emitidas por esa potencia contra fiscales, jueces, empresarios y congresistas.
Igual de determinante es la firmeza que el funcionario asume en esta lucha por la decencia en la gestión pública. “Estamos al lado del gobernante”, reafirmó. Lo cierto es que, como nunca antes en la historia de nuestra democracia, aquella nación había evidenciado tanto su respaldo a autoridades electas y tanto rechazo a quienes considera culpables de la ruina moral y social de esta nación.
El lunes 25 de marzo, Arévalo será recibido por Kamala Harris, vicegobernante de EE. UU. El encuentro llega en uno de los mejores momentos en las relaciones bilaterales y se enmarca en principios que comparten los pueblos, los que pasan por el respeto, la confianza y el desarrollo social y económico de las comunidades, en especial, de las que han sido relegadas de las políticas públicas.