Pablo Paniagua Prieto
Investigador de Faro UDD
Aconsejo revisar en detalle dichos rankings y explorar el orden (Top 100) de las revistas en función del campo de investigación o profesión de cada uno, y de trabajar duro para tratar de publicar siempre dentro de la sección Q1.
Es probable que uno no tenga una carrera académica sólida y de éxito en el largo plazo si no tiene al menos unos 4 papers Q1 dentro de su profesión (esto depende de la universidad que nos contrata y del campo de referencia).
La calidad es más importante que la cantidad. En el mundo de la academia y las universidades, la forma de medir el prestigio y contar el impacto de los ensayos académicos no se rige por la lógica de la edición o suma, como si compráramos melones en el supermercado, sino que por el prestigio y el factor de impacto de las revistas académicas.
Estas son las primeras 5 de las 10 cartas a un joven académico.
Este punto es muy importante, pues sugiere que es mucho más importante escribir pocos, pero buenos ensayos académicos de calidad y de alto nivel en revistas de prestigio que innumerables papers en revistas de bajo nivel.
De esta forma, se puede dar la paradoja de que existan académicos con muy pocas publicaciones, pero que sean considerados como de los mejores e incluso obtener el Premio Nobel por apenas 1 o 2 publicaciones, mientras que existan otros académicos con más de 200 publicaciones y que no sean considerados para nada.
Es decir, la cantidad no es sinónimo ni de calidad ni de importancia de nuestras contribuciones en la academia.
La frase publish or perish es importante pero parcialmente engañosa, ya que es mucho más importante la frase publish (in higher ranked journals) or perish.
Lo anterior sugiere que, dado que el tiempo es uno de los recursos más escasos y valiosos de un investigador, nuestra principal tarea día a día es estar alertas y evitar las distracciones superfluas (e.g., reuniones sin sentido, emails, WhatsApps, redes sociales, peleas de bajo nivel en Twitter, etc.) y priorizar el escribir/investigar y concentrarse en proyectos de investigación buenos y de alto impacto.
La productividad también importa. El punto anterior no significa que no haya que ser productivo y no haya que tratar de apuntar además hacia la cantidad y la alta productividad; solo que hay que saber hacerlo de forma estratégica, seleccionando buenos proyectos.
Esto es la probabilidad de números grandes: si escribo 1 solo ensayo académico al año, entonces tendré muy pocas probabilidades de publicar en revistas de alto nivel; en contraste, si escribo tres ensayos al año, mis probabilidades de publicar al menos uno de estos en una revista de alto impacto aumentan de forma considerable.
De esta forma, para poder apuntar hacia la calidad Q (ver punto anterior), hay que aumentar entonces nuestras probabilidades a través de escribir más ensayos académicos, pero teniendo siempre en mente que deben ser seleccionados estratégicamente y con atención, velando por el alto impacto.